1. ME VI OBLIGADA PARA CONSERVAR MI EMPLEO(I)


    Fecha: 05/09/2017, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Mi nombre es Ana. Hace un par de años me encontré con una difícil situación que aún persiste. Mi marido José estaba en paro y todos los ingresos familiares dependían de mi sueldo en la compañía de seguros. Debido a un error por mi parte, mi compañía perdió una importante cantidad de dinero y mi jefe quería despedirme. Cuando ya creía que me iban a echar, mi jefe me dijo que uno de los directivos de la compañía quería hablar conmigo y tal vez pudiera conservar mi empleo. Su nombre era Luis y resulta que era un antiguo compañero de instituto de mi marido que a mi me caía muy mal. Luis quería que fuera a su casa para hablar del tema.
    
    Al día siguiente fui a casa de Luis para intentar solucionar mi error y poder conservar mi puesto de trabajo. A mi marido no le había contado nada para no preocuparlo y pensé que tal vez no haría falta que lo supiese. Cuando llegué a casa de Luis, me abrió la puerta y estuvo muy amable conmigo. Estuvimos un rato charlando de los viejos tiempos, de mi marido que según él decía habían sido grandes amigos, etc.
    
    Pero al cabo de un rato, empezó a decirme que mi error había sido muy lamentable. La compañía había perdido dinero y querían despedirla. Tal vez él pudiera solucionarlo, pero necesitaba alguna cosa a cambio. Me dijo que tenía bastantes dolores de espalda, y que si le daba un masaje tal vez pudiera solucionar mi problema. A pesar de que Luis nunca me ha caído bien, acepté su propuesta para poder conservar mi trabajo. Me comentó que en la ...
    ... habitación de al lado tenia una camilla y que iba a tumbarse en ella. Que entrara yo en un par de minutos para hacerle el masaje. Antes de salir de la habitación, me miró y dijo: ah, y quítate la ropa para que estemos en iguales condiciones.
    
    Me lo pensé un poco, pero vi que no tenía muchas opciones. Era importante para mí el trabajo, y pensé que un masaje no era un precio muy elevado, aunque fuera a Luis que me caía fatal.
    
    Para que no se enfadara me quité el vestido y entré a la habitación en ropa interior. Cuando entré, Luis estaba tumbando en la camilla boca abajo, desnudo, con una toalla que le tapaba el culo. Lo primero que hizo fue mirarme de arriba abajo con todo descaro. Yo, a mis 35 años todavía estoy de buen ver: delgada, dos buenos pechos y un bonito culo, por eso se fijo tanto en mi. Me pidió que me acercara y le diese un masaje en la espalda, y eso hice lo mejor que pude.
    
    No tardó ni dos minutos en pedirme que me quitara los sujetadores y le dije que no. Entonces fue cuando me dijo que si no le obedecía no podría interceder por mí en la empresa. Me di cuenta que no tenía mas remedio que hacer lo que el quisiese y traté de ser obediente. Mi quité los sujetadores dejando al aire mis magníficos pechos. Luis se quedó como embobado mirándolos, pero no dijo nada. Seguí con el masaje en la espalda lo mejor que pude esperando que la cosa no fuera a mas, pero me equivoqué: en el momento que me puse por delante de su cabeza para llegar mejor a sus hombros, el cogió ...
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