1. Aldana, su papá y yo


    Fecha: 10/09/2019, Categorías: Intercambios Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Aldana era la unica hija de un matrimonio de clase alta y vivio una vida de lujo y felicidad hasta que a los 10 años su mamá murió por una enfermedad terminal. Nunca se le conocio otra mujer al papá de Aldana ni tampoco interes alguno por tenerla. No era el tipico viudo triste y deprimido, pero jamas volvio a estar con alguien. Aldana sintio la muerte de su madre y sufrio mucho el primer año de ausencia, pero luego, como es tipico entre los niños de esa edad, logro superarlo y salir adelante. Asi crecimos juntas, pasando la mayor parte de la semana en su casa, haciendo la tarea juntas, yendonos de vacaciones con su padre, viviendo como hermanas. A medida que creciamos compartiamos el mismo grupo de compañeros de club y frecuentando el mismo circulo social. Nos desarrollamos como dos chicas sanas y realmente bonitas. Yo soy de tez blanca, castaña clara y ojos verdes, mientras que Aldana es rubia de ojos celestes. Teniamos esa clase de fisico modelado que gustaba a todos, pechos pequeños pero firmes y piernas bien torneadas, no nos podiamos quejar de nada, eramos felices. Una noche, una de las tantas en las que me quedaba a dormir con ella, el papá de Aldana ceno con nosotras y aviso que no saldria, que se quedaria en casa asi que nos pidio que no subieramos el volumen de la musica como era nuestra costumbre, porque quería descansar. Asi fue como nos acostamos temprano, tratamos de hacer el menor ruido posible (dificil cuando se tienen 12 años y la sangre en plena ...
    ... ebullicion) y nos quedamos dormidas rapidamente. En medio de la madrugada me desperte para bajar a tomar algo a la cocina y vi que la cama de Aldana estaba vacia, pero no me preocupe porque calcule que estaria en el baño o habria tenido la misma necesidad que yo, asi que la encontraria en la cocina, tomando su juguito de pomelo que tanto amaba. Me dirigi a la escalera y cuando pase por el cuarto de su padre, me llamo la atencion una serie de suspiros poco habituales en esa parte de la casa, eran suspiros femeninos y yo sabia muy bien que Francisco no habia llevado ninguna mujer a la casa. Me detuve frente a la puerta de su dormitorio y escuche como los suspiros se convertian en gemidos y no precisamente de dolor, sino que parecian ser de un placer extremo. Como la puerta estaba cerrada, pero mi curiosidad aumentaba, decidi salir por la ventana del cuarto de servicio para poder espiar por los balcones que eran colindantes. Abri las ventanas del balcon de servicio y pase una pierna primero y despues la otra al balcon del cuarto de Francisco. Las cortinas no estaban cerradas asi que el panorama para ver era inmejorable. Como describir la sensacion que tuve cuando vi en medio de la cama de Francisco a Aldana completamente desnuda, a merced de la boca y de los dedos de su padre. Al principio me dieron ganas de salir corriendo, sentia un agujero en la boca del estomago, como un vacio de asco y de incomprension y una parte de mi queria salir corriendo de esa casa y de la vida de ambos. Otra ...
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