1. Me pagó un celular con su cuerpo.


    Fecha: 06/09/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: jorgecampos, Fuente: RelatosEróticos

    Yo estaba trabajando en una plaza en un módulo de venta de celulares. Ella se acercó para escoger y preguntar por algunos. Era una señora morena, madura como de 30 pero estaba bien buena, tenía un cuerpo muy bien cuidado, creo que hacía ejercicio pues sus nalgas estaban bien paraditas y firmes. Era delgada de pelo crespo y negro. Luego me dijo cuál teléfono le gustaba y pagó una parte y solo restaba un adeudo. El equivalente a mi comisión, pero quería que fuera yo quien se lo entregara en su casa al día siguiente por la tarde para liquidar esa parte. Pero lo que en realidad ella quería era otra cosita. Yo no malicié sus intenciones y al día siguiente que fui me extrañó que me recibió en una batita trasparente. Yo me saqué de onda, la delgada telita se pegaba a su cuerpo y pude ver que no traía nada debajo. Sus pezones estaban paraditos, apuntándome a mí. Me invitó a pasar, estaba sola y me preparó un café mientras platicábamos. Yo me la comía con los ojos, se miraba con una silueta tan sensual debajo de esa bata. Aunque trataba de disimular sus buenas formas saltaban a la vista. Ella sonreía porque yo me ponía nervioso de mirarla así tan buena. Me dijo que su esposo estaba trabajando y que llegaría en unas horas, y que a veces se aburría todo el día ella solita. Definitivamente al fin capté que la señora estaba caliente. Mi erección no se hizo esperar, la disimulaba la mesa porque estaba sentado tomándome el café, pero me levanté para alcanzar una servilleta y ella me vió el ...
    ... bulto del pantalón. -¿Te sientes bien?- me dijo con una sonrisilla mirándome el bulto. –Discúlpeme usted- le dije apenado, -es que hace mucho no estoy con ninguna mujer y usted es tan hermosa-. Después me apené más de decirle eso, creí que me hiba a correr pero todo lo contrario. Me invitó a ver la recámara y cuando estuvimos ahí se arrodilló y me desabrochó el pantalón. Me lo bajó hasta los tobillos y se prendió de mi pene. Se lo metió en su boca y me lo chupó a una velocidad como nunca me habían mamado. Eran unas mamadas veloces como si estuviera desesperada. Yo sentía que me arrancaba el pito a mamadas. Pero ella sabía lo que hacía. Lo hacía de un modo que aunque era intenso no hacía por venirme. Yo disfrutaba tan rico esas mamadotas pero ella de algún modo me controlaba para no venirme, y vaya que esas mamadas son para hacer venir a cualquiera. Yo no me interesaba en saber su arte secreto, simplemente disfruté de ella.
    
    Luego se empinó en la orilla de la cama, se levantó la batita a la cintura, y mi verga caliente la penetró de un golpe. Ella gritó y se agarró de la sábana, se sentía tan jugosa y bien caliente su conchita. Mi verga le entraba con fuerza una y otra vez. Mi vientre topaba con sus nalgotas. Ella me decía entre gemidos –que rico me pegan tus huevooos-. Mis testículos le pegaban en su cuca en cada metida. Yo la agarraba firme de sus caderas y arremetía con fuerza. La hacía cimbrar. La hacía gemir de placer.-AAyy . aayy- gritaba la señora en cada metida. –No ...
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