1. Sometida


    Fecha: 02/09/2019, Categorías: Hetero Autor: Bibi, Fuente: CuentoRelatos

    Él es especial por ese sentimiento de lujuria que me hace sentir.
    
    Llega a ser tan humillante que me da vergüenza recordarlo.
    
    Yo soy para él, una simple puta que necesita que la castiguen y él es para mí, un amo cruel que me hace todo lo que quiera a cambio de sentir algún que otro orgasmo, siempre que él sea compasivo conmigo y me deje correrme.
    
    Ese viernes, me sorprendió cuando encontré a otra mujer en su casa, me hizo pasar a una habitación y allí estaba ella. Era más delgada que yo y con el pelo rubio teñido y corto, muy diferente a mí. Eso sí a simple vista tenía unos senos más grandes que los míos. Mi amo no nos presentó, se limitó a decir que las dos éramos sus esclavas, así que haríamos lo que él ordenara y que, si a alguna no nos gustaba que nos fuéramos, pero que después no podríamos hacer nada. Como ninguna dijo nada, pues él nos ordenó desnudarnos y que nos pusiéramos la lencería que había en unas cajas con nuestros nombres, en su caja ponía Sara, y que estaba totalmente prohibido hablar entre nosotras.
    
    Me dio un poco de vergüenza desnudarme delante de ella, pero me tuve que conformar con darme la vuelta y desnudarme. En mi caja solo había unas medias blancas y unos grilletes, cosa que me preocupó un poco, pero empecé a sentir calor. Sara se desvistió antes que yo porque no había traído puesta nada de ropa interior, en su caja había unas medias negras con un liguero de cintura y unos tacones altos negros, pero nada de grilletes. Cuando regresó nuestro ...
    ... amo, nos dijo que esperaba a invitados. Serían tres amigos suyos y que iban a jugar una partida de cartas. Sara haría de camarera mientras que yo sería la coctelera. No le entendí bien, pero cuando estuve atada no tuve ninguna duda de a qué se refería. Me puso a gatas encima de una mesa, me ordenó que me tocara los pies con las manos, levantando mi culo y dejando los brazos entre mis piernas, una vez le hice caso me ató los tobillos a las muñecas, con los grilletes.
    
    Luego me puso una correa al cuello y, pasándola por debajo de la mesa hasta el otro lado, la ató a los grilletes tan fuerte que no me podía mover. Una vez atada le dijo a Sara:
    
    —Mira puta, tú nos servirás las bebidas, pondrás una copa entre las piernas de ella. –Le dijo señalándome— Luego le echarás las bebidas por su culo, de tal forma que el líquido pase por su culo, luego pase por toda su raja y caiga en la copa, ¿entendiste?
    
    —Si amo —dijo Sara.
    
    —Para que no le entre nada en su culo, le meterás este vibrador (en un cajón tenía un gran dildo rojo que ya había usado conmigo), se lo meterás en el culo y lo pondrás a vibrar cada vez que terminemos una partida hasta que empecemos otra, ¿entiendes esclava?
    
    —Si amo —volvió a responder Sara.
    
    —Cada vez que veas que una copa se va a quedar vacía, deberás meterle a esta otra puta un hielo dentro de su coño para que salga su jugo, luego debes arrodillarte delante de mi amigo y preguntar que quiere, entonces pondrás la copa entre sus piernas, pondrás en la ...
«123»