1. Mi navidad con mi prima


    Fecha: 24/08/2019, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Hola, hace tiempo escribí un relato que no publicaron pero ahora narro la continuación.
    
    Yo soy un joven de 21 años que radica en cierto lugar de México, soy alto como de 1.85m, delgado, de piel blanca, cabello negro, ojos café claro y en realidad no soy feo, aunque tampoco soy un galanazo. En fin, tengo una prima que tiene mi misma edad pues nacimos el mismo año, ella es alta como de 1.72m de piel muy blanca, cabello negro lacio hasta media espalda, tiene unos senos que yo diría que son perfectos pues están redonditos y en su lugar de buen tamaño, muy blancos con un pezón bastante grandecito cuando se exita, tiene un trasero de película, bien redondito y paradito, y que conste que no tiene ninguna cirugía por su puesto.
    
    En fin, todo comenzó, como lo conté en mi otro relato, hace un año, en las fiestas de diciembre siempre vamos a pasar la navidad a la ciudad de México pues allá se encuentra la familia de mi papá, todo era normal, mi prima y yo siempre hemos sido muy cariñosos el uno con el otro y siempre hemos llevado un tipo de relación mas o menos de novios platónicos, agarrándonos de la mano, caminando abrazados, pero nada más. Pero esta vez todo fue distinto, pues el trato comenzó a ser diferente, la manera de abrazarnos cuando caminábamos por la plaza era más sexual, yo la tomaba por su cintura más abajo de lo normal y ella hacía lo propio, cuando entramos a una tienda de ropa, mientras ella veía alguna prenda yo la tomaba por atrás de su cintura y me acercaba ...
    ... mucho, poniendo mi barbilla sobre su hombro para ver lo que ella estaba viendo (si claro).
    
    Para no hacer el cuento más largo, nosotros acostumbramos jugar juegos de mesa en esas reuniones con la familia, así que mientras jugábamos cartas nosotros dos hacíamos equipo y nos sentábamos juntos y pegados a la mesa, de manera que nuestras piernas quedaran cubiertas por el mantel. Debo decir que ella comenzó todo el jugueteo pues mientras jugábamos era yo el que sostenía las cartas mientras que ella con su mano por debajo del mantel acariciaba mis piernas muy seductoramente, en ciertas ocaciones yo tomaba las cartas con una sola mano y con la otra correspondía a sus caricias de la misma manera, era genial pues ella usaba un pantalón de esos pegaditos hecho con una tela muy delgadita que me permitía sentir sus piernas como si no trajera nada.
    
    Así pasamos la semana hasta que sucedió que debido a la comida de la cena de navidad, mi mamá se enfermó y la tuvieron que hospitalizar, así que tuvimos que quedarnos más tiempo del planeado en la ciudad. Como mi papá se fue a dormir al hospital para cuidar a mi mamá mi prima se quedó a dormir en la casa de mi abuelita, que es donde nos quedamos nosotros. Ese día, desgraciadamente y por estúpido no aproveché la oportunidad que se presentaba pues me dormí en el sillón de la sala, pero me prometí que no volvería a mi casa hasta haber hecho mi aproximación con ella.
    
    Días después una amiga de mi tía nos invitó a su casa al recalentado después ...
«123»