1. Abusando de mamá al regresar de su trabajo


    Fecha: 23/08/2019, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Fernán, Fuente: CuentoRelatos

    Eran justamente las diez de la noche cuando escuché que llegaba uno de los autos de la casa, me levanté pues me encontraba estudiando un poco y salí para ver de quien se trataba. Era el auto de mamá así que bajé para ver si le podía ayudar en algo ya que luego trae cosas y hay que ayudarla a meterlas. Cuando salí al garaje la vi que descendía del auto y apenas y se podía mantener en pie. Corrí para ayudarle y de no haber llegado a tiempo seguramente que se habría caído pues apoyó mal uno de los pies y por poco mide el suelo con su cuerpo.
    
    – ¡Vamos, apóyate en mí! – le dije.
    
    Ella venía vestida con el uniforme de su trabajo que es un traje sastre azul marino, camisa blanca, medias oscuras y zapatillas en color negro. Se apoyó en mi hombro y sentí que me rozaba la espalda con uno de los senos que son grandes y firmes a pesar de haber tenido a dos hijos.
    
    En fin que ayudé a mi mamá a entrar en la casa y apenas entramos ella se tendió en el sofá de la sala sin poder dar un paso más.
    
    – ¿Dónde está tú hermana? – preguntó arrastrando las palabras.– Salió a una fiesta y no creo que vuelva sino hasta más tarde.– ¿Y tu padre?– ¿No te acuerdas que está de viaje?– ¡Ah, si!... Creo que estoy muy tomada ¿verdad?– Solo un poco mamá… Pero no te preocupes ahorita te preparo algo para que te sientas mejor.
    
    Dejé a mi madre en el sofá en lo que preparaba un café bien cargado que la haría volver el estómago y que se le bajara un poco la briaga que traía encima. Regresé a la sala poco ...
    ... tiempo después encontrando completamente dormida a mi madre, estaba semi tendida de lado sobre el sofá con una pierna abajo y la otra arriba cosa que hacía que su falda se levantara demasiado y alcanzaban a verse sus hermosos muslos. Me senté a su lado y la moví para despertarla pero todo fue en vano.
    
    – Creo que voy a tener que llevarte a tu cuarto. – Hablé para mí.
    
    Me puse de pie y me recliné para cargar a mi madre, metí las manos por debajo de su espalda alta y debajo de las rodillas, la cargué y caminé con ella completamente noqueada hasta su habitación, lo más difícil fue subir las escaleras pero afortunadamente lo conseguí sin muchos problemas.
    
    Llegando a su habitación la deposité sobre la cama, la iba a dejar allí recostada y ya me retiraba cuando volteé de nuevo a verla. La falda qué seguía muy arriba me dejaba apreciar esas piernas deliciosas que tantas veces había deseado acariciar. Algo excitado regresé hasta la cama y me senté al lado de mi madre. Admiré sus muslos ocultos debajo de esas medias negras que los hacían verse mucho más llamativos.
    
    No me pude contener y temeroso pero excitado posé mis manos a la altura de su rodilla, lentamente fui subiendo por su pierna hasta llegar al borde de la falda que se encontraba en la mitad de su muslo. Me detuve unos momentos dudando de lo que pretendía pero la excitación fue mucho más fuerte. Mi mano siguió subiendo lentamente por entre sus muslos y llegué hasta su entrepierna, palpé la caliente entrepierna pero ...
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