1. El M y su P, encuentro inspirador. Ella desea ser penetrada por el señor maduro


    Fecha: 22/06/2017, Categorías: Confesiones Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos

    Donde termina la realidad e inicia la ficción, o cuando la ficción se diluye lentamente en el pensamiento, los ojos se cierran para poder percibir las sensaciones con total intensidad.
    
    En este momento se me complica establecer límites, solo tengo las sensaciones latiendo dentro de mí, el cuerpo estremecido, vibrando, agitada la respiración y aturdida la audición. Sentimientos y sensaciones, todo junto mezclado y desacomodado como resultado de un terremoto de emociones, más aún un tsunami de agitada turbación, sin poder procesar ni digerir los últimos momentos, ahora estoy tumbada en mi cama, los ojos abiertos en la penumbra, agitada y tratando de recomponer las sensaciones que han motivado mi desasosiego que voy a intentar armar como el desmadre de las piezas del rompecabezas…
    
    Había tenido un día bien agitado en la oficina, complicados y variados problemas de la cotidianeidad, que no por eso mismo dejan de hacernos dificultoso el trabajo, pero… al fin había llegado la hora de marcharse. Hasta ahí nada fuera de lo común, más bien diría que más de lo mismo, la rutina que agobia y atonta los sentidos, el ansiado relax, entornar los ojos y dejarme llevar por el fetiche de mi M (maestro), el gurú o guía de mis sentidos más eróticos, subirme a sus relatos y ser parte de ellos. En sus relatos encontré el sentido del erotismo y la excitación, la motivación que despertaba ser arte y parte del deseo de un hombre mayor, sentirlo tan sensualmente activo, viril y pasional me hace ...
    ... derretir, me pierdo en mi propia lujuria, lo imagino como él, dejarme arrastrar al goce transgresor y atrevido, ser tratada como una dama, sentirme su amante y permitirme disfrutar siendo su puta. Sentir como el M enciende mi fuego interior, me hace vibrar, me convierte en una hembra, pura sensualidad, pasión al límite, me acelera el corazón y palpita el sexo, agitar la respiración y la vagina comience a gritarle que me penetre ya mismo.
    
    Nada inusual, son las sensaciones que la invaden cuando piensa en su M, que hace que se moje a pesar de leer sus intenciones en la pantalla del celular, que la hace mojarse sin importarle que sea durante el horario de trabajo, siente esa imperiosa necesidad de sentirse cerca de su M, aunque sea con las cosas que le escribe, necesita sentirse como su verdadera putita.
    
    Desde ahí el recuerdo se torna difuso, perdidas la referencias, como entrando en un cono de sobras temporales, saliéndose de la realidad racional para entrar en una realidad virtual, donde todo se acomoda a la lógica del influjo del mandato de su M. Hasta donde recuerda había perdido el control de la situación para ser la “partenaire” de su M.
    
    Reclinada sobre el sofá, con el M delante de ella, pasa de la sorpresa al encantamiento de su presencia, de agitarse sus sentidos a sentir como las húmedas alas de la mariposa entre sus piernas siguen mojándose por su sola presencia.
    
    - Aquí estoy, soy tu M, que viene a buscar a su Putita.
    
    - Sí, M, mi vagina pide a gritos ser ...
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