1. Cuando se te sube el muerto


    Fecha: 18/08/2019, Categorías: Fetichismo Sexo con Maduras Tabú Autor: gantz265, Fuente: xHamster

    ... una.La narración siguió un rumbo tenebroso, platicando historias de terror. Les divertía mucho mi rostro asustado y cuando gritaba si Enrique, mi sobrino, bromeando me asustaba. La historia que más me impactó fue la del muerto que se subía a la cama de la persona dormida. Esa noche me tomé tres copas y me sentí igual de mareada.-Chicos. –Les dije-. Me siento mareada por el vino, me voy a dormir.Al salir del baño, nuevamente contuvieron el aliento al verme, corrí divertida hacia mi cama y me arrope con las gruesas cobijas. Antes de dormirme, alcancé a escucharlos.-Tu tía esta muy buena. –Le dijo Roberto a Enrique-. Hizo que se me parara la verga.-Mira como la traigo yo. - Dijo Saúl-. Tiene unas nalgotas, que ¡Ay, Dios mío! Jaja.“Tontos” –pensé, antes de adentrarme en los brazos de Morfeo-. Si no fueran unos polluelos.Me desperté bruscamente al sentir el dedo de una mano que se me incrustaba fuertemente en el culo. Abrí los ojos asustada y lo primero que hice fue mirar hacia las demás camas. Mi sobrino y sus dos amigos estaban en ellas, estaban completamente tapados con las cobijas. Sentí un aliento helado atrás de mi oreja al mismo tiempo mi cuerpo se estremecía de espanto. Moví un poco mi pierna y el dedo invasor salio de mis nalgas para volver a incrustarse en la profundidad de mi apretado culito y ya no pude resistir más y grité espantada: “¡Ayyy!”. Mi sobrino y sus amigos se levantaron rápidamente y encendieron la luz. No había nadie.Llorando les platique lo que pasó, ...
    ... todos me abrazaban y me consolaban, me dijeron que tal vez fue la cobija, como estaba muy pesada, al sentirla entre mis nalgas me figuré que era una mano o dedo. Roberto llegó con un vaso de vino y me lo ofreció, me lo tomé todo de un jalón. Me decían que a lo mejor me sugestioné por las historias que contaron. Me fui tranquilizando poco a poco, hasta que me di cuenta que con los abrazos y apretones, en vez de consolarme solo se aprovechaban para sobarme, mire su entrepierna y tenían un bulto enorme.“Vaya, estos necesitan una mujer urgentemente”. –Pensé-. “Ni en esta situación de espanto se le baja la erección, se van a enfermar”.Todos volvieron a su cama, y yo, muy asustada, batallé para dormir, pero lo hice al fin. Seguía sintiendo los manoseos, en mi busto, en mis nalgas, pero al estirar la mano, comprobé que tenían razón, eran las cobijas, las que hacían que experimentara esa extraña sensación. Al día siguiente desperté ya tarde, mi sobrino y sus amigos estaban afuera asando los pescados. Estaba en la misma situación que la noche anterior, con todas las nalgas al aire, el calzón incrustado en mis nalgas y con una bubi de fuera.“Si continuo despertándome así, van a pensar que soy una exhibicionista o que quiero coquetear con ellos” -pensé-. “¡Uy! Otra vez me arde mi colita, y tengo otra vez adoloridas mis piernas ¿Porqué será?Ese día nos divertimos mucho, después de comer, me invitaron para que los acompañara a un cañón, estaba algo retirado, pero tenía una laguna muy hermosa. ...
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