1. La soledad de los llanos (Capitulo 7)


    Fecha: 18/08/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Carlos Nagasaki, Fuente: CuentoRelatos

    ... rápidamente tras una carreta vieja dentro del establo. Leobardo Rodríguez amarró su caballo en el tronco delantero de su casa y entró con un morral lleno de dinero, su botín. El muchacho sabía que su rival saldría de nuevo. No había dejado su caballo en el establo si no en frente de la cabaña. Actuaba como si tuviera algo pendiente por hacer. En ese preciso momento el vaquero salió de su escondite. Estaba decidido a saciar su sed de venganza. Caminó bajo aquel aguacero con dirección a la cabaña del asesino. Su valor estaba probándose al máximo. Se postró delante de la pequeña casa de adobe. Entonces tomó la mala decisión de llamar con un grito a su enemigo.
    
    Ansiaba batirse en un duelo frontal. Pudo haberlo matado cuando lo vio llegar, pero pecó de inocencia. En el mundo de los asesinos el respeto no tiene cabida. El Lobo lo hubiera liquidado con esa oportunidad. Deseaba que el asesino supiera quien lo había venido a enfrentar. Con los nervios y la adrenalina explotando por su cuerpo, el temerario muchacho abrió el terreno para el duelo. En pleno aguacero gritó el nombre de su rival.
    
    -¡Leobardo Rodríguez!-
    
    El Lobo se encontraba prendiendo una lámpara. Pretendía tomarse un tequila cuando escuchó su nombre en aquel exclamo retador. El asesino prefirió quedarse a obscuras y caminó descuidadamente al frente de su casa. A paso lento y sin dar importancia a los gritos, el despiadado asesino abrió lentamente la puerta para ver quien lo llamaba. Perfiló parte de su rostro ...
    ... para observar hacia fuera, pero la negra noche le dificultó su visión izquierda. Solo alcanzó a notar la silueta de un vaquero envuelto en un gabán entre la lluvia.
    
    -¡sal, Lobo Rodríguez!- el muchacho lo volvió a llamar.
    
    La puerta de la cabaña se abrió. Rechinaba con un sonido a viejo. Desde fuera se contemplaba un cuadro obscuro en medio de aquella casa. Por un instante la mente del muchacho le jugó una broma. Creyó ver una sombra que se desplazaba de la casa hasta el granero. Volvió a sus cabales en cuestión de segundos. Sabía que no podía desconcentrarse ante la inminente batalla.<< soy un blanco fácil>> pensó el vaquero. Segundos después su deseo se había concedido. La figura deEl Lobo emergió lentamente de aquel hueco obscuro que dejó la puerta. El asesino cruel lo observó con desprecio y en seguida preguntó:
    
    -¿Quién eres tú y que carajos haces aquí?-
    
    El Joven fronterizo sintió una pequeña brisa que le acarició su espina dorsal. Pasó saliva al ver a su tercer rival en persona. Tenía un aspecto cruel y sanguinario, tal y como lo habían descrito. Era un hombre alto, demacrado, con muchas cicatrices en su rostro, delgado, de cuerpo correoso y de manos ásperas. Usaba bigote tupido y su ceja era dispareja. La parte más tenebrosa de su apariencia era el parche en su ojo derecho.
    
    <<El que lo haya herido, debe estar muerto>> sopesó el joven.
    
    Un momento de flaqueza acobardó al muchacho. La apariencia infernal de su enemigo lo hizo considerar la huida. Sin embargo, ...
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