1. Aventura en la escuela nocturna


    Fecha: 15/08/2019, Categorías: Confesiones Autor: fabiana, Fuente: CuentoRelatos

    Para los que no me conocen me llamo Fabiana y enseño inglés en escuelas secundarias de Argentina. Trato, por este medio de plasmar en letras mis vivencias y evocar tiempos por momentos calientes y apasionados.
    
    Hace ya bastantes años, cuando tenía yo 25 años y recién había comenzado con mi carrera docente, que debía empezar por encontrar escuelas donde enseñar y me anoté en el consejo escolar para que me asignaran algunos cursos.
    
    La elección de los cursos es aleatoria y no está en nuestra potestad elegir cuales queremos, la única opción que tenemos las docentes es renunciar a ellos si no nos agradan, pero en verdad ese año que no estaba en mayores condiciones de optar sino que no pasaba por una buena situación económica y no podía darme tal lujo.
    
    Llegado marzo, que es cuando empiezan las clases en mi país, me dirijo a una de las escuelas técnicas que me tocó en suerte, en turno nocturno, y observo que tengo un curso que era ya un mito en dicha escuela: 4to.5ta.
    
    Las clases nocturnas en mi país son ocupadas por alumnos mayores de edad que no han podido estudiar o completar sus estudios en la edad habitual, por lo cual el hecho de hacerlo en turno noche les permite también trabajar.
    
    Aunque tal horario de clases puede ser ocupado por gente de todas las edades es habitual que los mayores desistan de hacerlo, dado que generalmente ya a esa edad deben ocupar ese tiempo en sus familias e hijos.
    
    Generalmente en las escuelas técnicas la mayoría de los alumnos son ...
    ... varones, sobre todo en algunas especialidades, en este caso electromecánica, por lo cual daba por descontado que no habría ninguna alumna.
    
    Este curso había construido su mística en base al mal comportamiento, y a pesar de que las generaciones iban pasando es como que había un patrón de conducta que era inalterable: ningún profesor o profesora disfrutaba del ciclo lectivo dado que el alumnado era un tanto forajido, para decirlo de una manera elegante.
    
    Antes de entrar a impartir mí primer pasé por la secretaría inspeccione la nómina de alumnos: las edades iban desde los 18 años a los 23. Siendo la mayoría entre los 18 a los 20 años.
    
    El primer día de clases fue un tanto engañoso, dado que se comportaron de una manera bastante educada –por lo menos para conmigo– salvo el caso de la trifulca final donde dos alumnos se tomaron a golpes en el fondo del aula y tuvo que venir el portero a separarlos.
    
    Es normal que del comportamiento de los alumnos de este tipo de escuelas nocturnas sea un tanto adolescente. A pesar de que fue diseñado para que gente con vocación técnica pudiese evolucionar y educarse, lo normal es que fuesen alumnos repetidores que por no ser admitidos en otras escuelas por ser mayores de edad decantaran allí, más por designio familiar que por propia voluntad.
    
    Generalmente para impartir clases en esos establecimientos se requiere de un carácter férreo y dominante, cosa que por mi edad e inexperiencia aún no contaba. Con mis 25 años no difería en tanto de la ...
«1234...10»