1. Campamento Parte 6


    Fecha: 14/08/2019, Categorías: Gays Autor: johna.2012, Fuente: SexoSinTabues

    ... Se veía tan elegante con su terno, tan varonil y hermoso que me daban ganas de desnudarlo nuevamente, aunque eso sonara contradictorio. ―Ya se me hizo tarde ―dijo acercándose hacia mí y plantándome un beso en los labios―. Si tienes hambre hay comida en la cocina, por favor sírvete lo que te apetezca. Regresaré en un par de horas. ―No te preocupes ―le dije y luego lo besé de nuevo ―, que te vaya bien ―me despedí, levantando mi mano y ondeándola en el aire hasta que él desapareció por la puerta. Cansado y emocionado me dejé caer sobre su cama, recordando aquella increíble ducha y aquella verga enorme que tanto se me había antojado. Para ser honesto nunca pensé sentirme tan bien con Raúl, debido a la diferencia de edades, pero él me hacía sentir especial, seguro, y además era el hombre más varonil y sexy que había conocido. Pero a pesar de sentirme emocionado por mi nuevo amigo, aún sentía aquel vacío en mi pecho cada vez que pensaba en Cristian. Luego de estar recostado por un buen rato, envuelto en las sabanas suaves de la cama de Raúl, impregnadas con su aroma, el sueño me ganó la partida y me quedé dormido por un momento, luego me desperté y empecé a recorrer el departamento, desnudo como estaba. El lugar era increíble, tenía dos habitaciones con un baño en medio y un habitación grande, la principal, con su baño incluido. Aparte tenía sala, comedor, lavandería y una preciosa cocina. Luego de recorrer todo el lugar regresé a la habitación de Raúl y empecé a hurgar en su ...
    ... ropero, disfrutando del aroma de su cuerpo impregnado en su ropa. Su cuarto era bastante peculiar. La cama estaba en medio de la habitación y a ambos costados había dos roperos con puerta de espejos que reflejaban todo el lugar. Sin duda sería muy excitante tener sexo en aquella cama y poder observar diferentes ángulos a través del espejo… De sólo pensarlo mi cuerpo empezó a calentarse de nuevo. Por un buen rato me senté frente a mi teléfono, pensando si debía llamarle a mi mama o a mi papa, pero aún seguía muy herido por su separación, no estaba listo para verlos a la cara todavía. Sin darme cuenta el tiempo se pasó volando entre recuerdos y reflexiones, y Raúl llegó nuevamente al departamento. ―Hola peque ―me saludó con una sonrisa―, espero que te guste la comida china ―continuó, levantando en su mano un par de bolsas llenas de comida. ―Me encanta ―contesté emocionado, aunque cualquier cosa hubiera sido delicioso en ese momento, ya que realmente me estaba muriendo de hambre. Raúl sacó un par de platos y acomodó la mesa con mucho esmero, dejándome impresionado por la atención que ponía a los pequeños detalles. Luego sirvió la comida y se sentó a mi lado. ―Realmente te gusta andar desnudo, ¿no? ―dijo con una sonrisa, mirándome de arriba abajo. ―¿Ah? ―exclamé confundido y luego recordé que no llevaba puesto nada encima. Me había pasado toda la mañana desnudo y se me había olvidado que lo estaba. ―¿Quieres que me ponga algo? ―pregunté avergonzado. ―No, así estás muy bien ―dijo y ...
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