1. Lula llena


    Fecha: 11/08/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Aquella noche el calor que ceñía la ciudad se había convertido en insoportable; desde hacía días las altas temperaturas se habían convertido en la protagonistas de todas las vivencias ciudadanas. Una ola de calor sin precedentes al menos en los últimos años que él pudiese recordar y que llevaba noches impidiéndole conciliar con normalidad el sueño. Miró el reloj de su móvil. Casi las doce de la noche. Había regresado al hotel media hora antes tras una jornada agotadora de trabajo. Su camisa empapada de sudor igual que su traje de color oscuro. Se había dado una ducha en agua tibia, casi fría, antes de servirse una copa del mini-bar. La televisión, como todas las noches de verano, no ofrecía nada que valiese la pena ver; series extraídas de los archivos, películas visionadas en cientos de ocasiones o simplemente programas de esos que llaman de continuidad. Salió a la pequeña terraza de la habitación. Fuera, a sus pies, la ciudad se ofrecía casi dormida, con sus destellantes luces multicolores lanzando al aire sus atractivos mensajes publicitarios y el tenue alumbrado callejero poniendo el contrapunto a todo el decorado. Un cielo plagado de estrellas que jugaban a coquetear, a flirtear, con una luna llena de rostro empolvado que parecía más cercana que otras veces. Se apoyó sobre la barandilla de la terraza y perdió su mirada en las calles de la ciudad como tratando de descubrir sus secretos, sus misterios celosamente guardados entre esquinas y calles con nombre ignorado. Una ...
    ... ráfaga de cálida brisa, surgida de ninguna parte, le abofeteó el rostro devolviéndolo de su abstracción temporal. Se dio cuenta que aquella noche le sería imposible conciliar el sueño pese a lo muy cansado que estaba. Se vistió con un polo de color azul y se calzó un pantalón vaquero y salió a la calle convencido de que un paseo, además de relajarlo, contribuiría a que el sueño hiciese antes acto de presencia. Tal vez por el calor o por lo avanzado de la hora, las calles ofrecían un aspecto casi desolador, vacías de gente. El hotel se encontraba ubicado en una de las zonas comerciales de la ciudad y lo que en otras horas del día era un constante trasiego de personas que con prisa acudían de un lugar a otro, ahora se había tornado en un conjunto de calles vacías, casi desérticas. Paseó, vagó sin prisa, durante más de media hora hasta que al final entró en un pequeño pub, de aspecto agradable cuyo nombre, "el pez que fuma", llamó su atención haciéndole recordar otro de igual nombre que había conocido, años atrás, en otra ciudad a la que peregrinaba, por motivos de trabajo, en aquellas fechas. El aspecto del local era sugerente y acogedor; una luz tenue y una buena temperatura merced al aire acondicionado lo convertían en un lugar agradable para pasar un rato. Se sentó en la barra sin siquiera observar a las personas que en aquel instante eran sus circunstanciales compañeras de velada en aquel establecimiento. Pidió un whisky y se sumió en sus pensamientos. Fue entonces cuando se ...
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