1. AARÓN, EL HIJO DE MI VECINA


    Fecha: 10/08/2019, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Con mi pareja vivimos muchos años alquilando en el centro de la capital, ruido, ajetreo, contaminación y por sobre todo un apartamento no da mucho espacio para el esparcimiento y el relajo, así que nos fuimos a las afuera de la ciudad, a un loteo de viviendas con bastante espacio entre casa y casa, en uno de los costados llegó una familia con dos niños, uno de ellos mayor, hijo de ella del primer matrimonio y el otro menor del matrimonio actual, nosotros debimos haber llegado 5 días antes, yo estaba de vacaciones y vi el camión de mudanza, no le di mayor importancia, cuando estaba regando el jardín delantero un niño por la reja, me saluda, con un “hola, me llamo Aarón, vamos a hacer vecinos”, conversamos (lo que puedes conversar con un niño a esa edad) y se fue, debe haber tenido unos 5 años aprox., pasaron los años y como todos éramos extranjeros empezamos a compartir cumpleaños, navidades, y todas las fiestas, pasaron 10 años y los lazos se fueron afiatando, Aarón de adolescente se hizo más retraído, y muy observador, a veces conversábamos temas de adultos o bromas entre adultos y el sonreía, entendía todo los temas, más allá de su escaso nivel de conversación (“ah?”, “ya”, “si”, “no”) con nosotros.
    
    No le prestaba mayor atención, pero fue mi pareja quien empezó a decirme “mírale el culo, lo tiene igual a su mamá”, en efecto la madre tiene un culo descomunal, debe haber sido hermoso en algún momento de su vida, pero con el sobrepeso que actualmente tiene, es realmente enorme y poco atractivo, pero mi pareja insistía en el culo de Aarón, hasta que empecé a prestarle la atención que se merecía, es realmente hermoso, redondo, una raya que se comía todos lo que se ponía, cuando caminaba parecía que el culito se le quería escapar, definitivamente hecho a mano, Aarón se había convertido en un muchacho muy lindo, era de 1.70 mts, lampiño, moreno, de labios carnosos, y un aroma que no era de hombre ni de niño, unas tetillas que se marcaban con la remera, y unos bellos ojos cafés con unas pestañas largas.
    
    En verano venían a nuestra alberca, el venía en ocasiones ya que prefería estar con chicos de su edad, pero cuando venía, con mucho cuidado miraba esa espalda como bajaría besando y lamiendo hasta llegar a sus dos hermosos y apetecibles montes, no tenía mucho bello en las axilas y el pecho nada, en las piernas muy poco, y como estaba muy quemado por el sol, me lo imaginaba desnudo, ese culito blanco, cerrado y duro, me dejaba a mil, no podía observarle mucho por el cuidado obvio, y para mayor suplicio tomaba sol de espalda, con la cara hacía abajo, era todo un espectáculo ver esa redondez, sus brazos, espalda, piernas, como le besaría la nuca, el cuello, pero nada podría hacer, a lo que más aspiraba era a fantasear que ese culo era mío, nada más, o por lo menos eso pensaba yo.
    
    Yo tengo un negocio cerca de la casa, y recibí una llamada de mi vecina muy acongojada que el menor estaba medio enfermo y si podía “dejarme” a Aarón para cuidarlo, ...
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