1. Todo queda en familia (IV)


    Fecha: 10/08/2019, Categorías: Humorísticos Autor: cajo2304, Fuente: CuentoRelatos

    NOTA: buscando en la web, me encontré con este relato que leí hace varios años atrás, y que fue uno de los primeros que más me gustaron. Decidí compartirlo para que todos lo puedan disfrutar, así como yo lo disfruto. No me acuerdo el nombre del autor original, y donde lo encontré tampoco lo mencionaban. Aclarado esto, espero que lo disfruten.
    
    ***********************
    
    Como supongo que imagináis, a mis hermanos y a mí nos encantaba estar juntos y pasábamos los meses de verano follando como animales. El problema es que el verano se acaba y durante el resto del año era muy difícil que pudiéramos estar los cuatro juntos al mismo tiempo. No solo porque no coincidíamos en casa a las mismas horas, sino porque alguno de mis padres siempre estaba allí. Por eso nuestras relaciones se reducían a pequeñas escapadas nocturnas al dormitorio de alguno de mis hermanos que casi siempre se limitaban a rápidas mamadas a alguna polla con necesidad de vaciarse.
    
    Con mi hermana Susana era distinto, pues al compartir con ella habitación por las noches podíamos montarnos nuestras "orgías privadas", eso sí, procurando no hacer ruido y con la puerta bien cerrada.
    
    Lógicamente todo esto era una pesadilla porque aunque individualmente pudiéramos disfrutar de pequeños desahogos, lo que verdaderamente nos ponía al límite era montárnoslo los cuatro juntos. La situación había llegado a límites tan desesperantes que incluso habíamos pensado en alquilar un piso entre todos para disfrutar de nuestras ...
    ... pequeñas orgías familiares. Ni que decir tiene, que la idea fue descartada por completo puesto que el riesgo de que nos pudieran descubrir era alto y además de los cuatro ninguno trabajaba, excepto algunos pequeños trabajillos que realizaba Pedro reparando algún ordenador o mi hermana Susana posando para algunas fotos de moda de catálogos de marcas poco conocidas. Ese dinero no era suficiente y además ellos lo empleaban en cubrir algunos de sus gastos mientras estudiaban en la universidad.
    
    Pero como casi siempre suele suceder en esta vida la solución a nuestros problemas llegó como caída del cielo y de la manera más increíble que nadie pueda imaginar.
    
    Una tarde que estaba yo hablando con mi madre ella me dijo como una gran noticia:
    
    -¿sabes que Elena y Carlos se trasladan a vivir aquí?
    
    -¿Elena?- pregunté extrañada
    
    -sí, Elena tu prima. Han trasladado a su marido a la nueva sucursal que ha abierto su banco.
    
    Entonces comencé a recordar, Elena era ese familiar que todos tenemos con el que nos hemos llevado estupendamente pero que cuando se casa y se va a vivir a otro sitio no vuelves a saber nada de él. La recordaba cuando tenía 20 años (yo tenía entonces 14), morena, pelo largo, de cuerpo esbelto y bien formado, con un trasero firme y pechos pequeños pero elevados. Era monitora de aerobic y yo solía asistir a sus clases donde la veía saltar y sudar mientras no paraba de gritar marcando el ritmo y los ejercicios. Siempre me pareció atractiva e incluso llegué a ...
«1234...12»