1. Por curioso termino torturado 2.


    Fecha: 07/08/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Sumiso15100, Fuente: SexoSinTabues

    ... fotos. Pero ahora en diferentes posiciones. Y no me negué ya que retiró la cuerda que tenían mis manos para estar en ciertas posiciones como estar en cuatro y hacerme separar mis glúteos. —Ya no voy a atar tus manos por qué te portaste bien— Me dijo aquello como si realmente fuera una persona buena que me estuviera haciendo un favor. —Ponte en cuatro— Y yo, ya temeroso de él, le obedecí. El estar en cuatro me hacía temblar y a eso él le causaba gracia. Otra nalgada me hizo chillar y apretar sus sabanas y entonces se colocó detrás de mí. Me dijo que era una puta nueva, por lo qué no iba a usar condón. Yo no me negué y mi cuerpo siguió temblando. Cuando sentí su glande en mi entrada el nerviosismo creció y comencé a sentir como empezaba a empujar. Batalló un poco, pero logró meter su glande dentro de mí logrando que un quejido saliera de mi boca. La sensación era conocida para mí. A pesar de que él la tenía más grande que mi vecino yo había hecho un par de cosas en mi búsqueda de satisfacerme. Una de ellas fue tomar uno de mis desodorantes mientras me bañaba, ponerle jabón, y sentarme sobre él. Realmente me estaba lastimando, no iba a negarlo. Pero había algo dentro de eso que me daba morbo, o placer. La verdad no se como describirlo pro qué actualmente se lo que es el placer del sexo duro. Pero en ese entonces era principiante. Mi cuerpo reaccionaba instintivamente al dolor, pero había algo dentro de eso que parecía agradarme. Aun así, le pedí que me la sacara y solo recibí ...
    ... otra nalgada. —Putita… que apretada estás— Me dijo antes de comenzar a empujar con fuerza. Aguanté como pude un poco entre quejidos, pero después ya no pude. Llegó un momento en que sentía que se metía tan a fondo que le pedía que la sacara, pero no lo hizo. Casi como un acto reflejó dejé caer mi cuerpo a la cama para intentar sacarla, pero él se dejó caer sobre mi y tomó mis cabellos con fuerza para comenzar a embestirme con fuerza. Aquello me dolía mucho y con cada embestida yo gritaba, pero eso parecía darle más morbo. No sabía por qué lo hacía, pero tiraba de mis cabellos hacía atrás, luego restregaba mi rostro en la cama, y me movía de un lado para otro la cabeza. Como si eso reafirmara su control sobre mí. El dolor era mucho, pero no de una manera en que no pudiera aguantar. Aun así, gritaba y sentía que mi rostro se tornaba de nuevo de un color rojizo como por millonésima vez en el día. El gruñía y en ratos lambía mi rostro. La diferencia en nuestros cuerpos era un factor a su favor que le permitía tenerme dominado sin que yo pudiera hacerlo más que gritar. Me cogió de tantas posiciones pudo. Me tuvo boca arriba mientras embestía mi cuerpo. Me obligó a cabalgarlo, aunque no duré mucho haciéndolo ya que a él no le gustó que lo hacía muy lento. Me folló contra la pared y para ese punto yo ya no gritaba. Solo jadeaba con fuerza. Por último, me colocó de rodillas, pero con mi cuerpo en la cama para qué el pudiera ponerse a mi costado y pisar mi rostro mientras me cogía. Y ...