1. Los limoneros I


    Fecha: 04/08/2019, Categorías: Gays Autor: Alvaro-L-de-H, Fuente: SexoSinTabues

    Después de que me dejara mi tío, muy molesto con mi terquedad, dedique el tiempo que tenía para curiosear por las distintas habitaciones. Había resultado difícil hacerle desistir de su idea, y no dejaba de insistir para que fuera a su casa y estar con ellos unos días. -Tenemos tiempo para estar en familia, tengo que mirar el montón de papeles que, según tu, es importante que vea. -también debía enfrentarme a los fantasmas y recuerdos, habían pasado meses desde que mis padres fallecieron y me creía preparado para afrontar mis responsabilidades. Había llegado con tiempo suficiente para comer algo, y en esa hora y media mi tío me ponía al corriente de las reuniones que me esperaban en el bufete de abogados. Mira bien todo lo que te dejo, tienes que conocer bien tu situación patrimonial para tomar decisiones. -Ya lo habrás hecho tú, podías presentarme un resumen y te firmo el acuerdo que me propongas. -me miró severamente pero no dejó de comer. -Estoy en tu mismo equipo Cristian, no lo olvides, velaré por tus intereses como si fueran míos. -me sentía terriblemente injusto, no se merecía que le tratara tan frío, no fue su culpa el que mis padres murieran, pero el viaje lo programó él y al final, él y Miranda se quedaron sin tomar el avión que se precipitaría en la selva. -Lo siento tío, perdóname. -se limpió los labios y sonrió mientras me palpaba la mano. -A pesar de los tiempo que corren las cosas no van tan mal, me preocupa el excesivo patrimonio inmobiliario que tienes ...
    ... encima, aunque los precios estén bajos deberías vender parte de tus propiedades. -no podía molestarme con él, seguro que también sufriría por su hermano. -Tú sabes más que yo de todo eso y se hará como creas conveniente, te firmaré los poderes y haz lo que sea mejor. Había empezado a nevar cuando llegamos a casa y el grisáceo cielo se congelaba por momentos, no hizo intención de bajarse para entrar, como si a él le dolieran los recuerdos más que a mi y arrancó con brusquedad circunvalando el inmenso roble para dar la vuelta. Llevaba más de una hora revisando papeles y más papeles, preguntándome para que pagaba a un bufete de abogados y luego estaba él para supervisarlo todo. Me detuve leyendo la carta de la compañía de seguros que cubría los daños del accidente. La vida de mis padres por un montón de dinero manchado en su sangre. Me levanté de la mesa de trabajo al escuchar abrirse la puerta del salón, el fuego de la chimenea se estaba apagando, los troncos que encontré ardiendo se había consumido devorados por el fuego. -¡Quieres tomar algo niño? Quizá un chocolate caliente que te preparo en un minuto. -la vieja Matilde caminó y atizó las brasas que brillaron lanzando chispas, alguna salió del hogar y volvió a cargarla de troncos que comenzaron a humear. -Mejor ceno luego un poco si te parece. -me miraba desolada por mi rechazo. -Como quieras, estas tan delgado que… -se detuvo para retorcerse las manos nudosas y ya torpes por la vejez y la artrosis. -El joven Raúl quiere ...
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