1. Un fin de semana de ensueño con mi tía


    Fecha: 29/07/2019, Categorías: Incesto Autor: Fernán, Fuente: CuentoRelatos

    Esta historia ocurre hace un par de años, tenía en ese entonces 18 años, estaba en casa de una tía, pues por lo regular iba con ella los fines de semana, me consentía demás, supongo que por eso me gustaba ir.
    
    Era como la tía perfecta, de esas que te miran y tratan como a un hijo, bueno después de haberles echado el rollo, prosigo a contarles la historia.
    
    Era un viernes si no mal recuerdo, como eso de las 2 pm, me quedaría con ella todo el fin, y regresaría a casa el lunes después de la escuela; salí de la preparatoria y me fui volando hasta su casa, cuando llegue toque el timbre y después de unos minutos salió a la entrada mi tía, llevaba una bata de dormir hasta los muslos, era de una fina tela, era delgada y si el sol se posicionaba perfectamente, se podría apreciar su cuerpo.
    
    Siempre me gustó esa tía, no con el típico afecto de hombre a mujer, sino más bien una idolatría, cuando me vio se alegró, me abrazó, esa fue la primera vez que note algo extraño en su manera de comportarse conmigo (al menos de la forma común en que nos tratábamos), cuando me abrazó, pude sentir sus pechos en el mío, era una sensación cálida, luego me lleno de besos por el rostro, lo cual para mí era un juego, hasta que note que varios de los besos pasaron cerca de mis labios, inclusive uno casi atino.
    
    Le sonreí y le di una palmada en su enorme trasero, (siempre fui así con ella, le daba nalgadas, y jamás lo reprochó), ella se giró y sonriente me dijo "pasa pasa, que llegas en el momento ...
    ... justo, necesito la ayuda de un hombre", le seguí el paso hasta llegar a la sala de su casa, ahí me dijo que necesitaba que le ayudaste a mover un mueble de su cuarto al de visitas, y así lo hice, moví el mueble de una habitación a otra.
    
    Eh de decir que si era algo pesado, pero una vez que lo moví, baje de nuevo a la sala y le dije a mi tía que ya estaba listo, ella se paró alegre y me dijo "déjame traerle una bebida al hombre de la casa", me senté en uno de los sillones y encendí la tele, en seguida volvía mi tía con un vaso de refresco, se sentó a lado mío y me lo dio, se recargo en mi hombro, y yo le pase mi brazo por encima de los suyos, cuando yo volteaba, podía ver el principio de sus pezones, debajo de aquella fina tela.
    
    Antes de que traten de imaginarse a mi tía, mejor les ahorro un poco el trabajo y se las describo, ella es una mujer madura, tenía en aquel entonces 43 años, era medio alta 1.70, piel blanca, cabellera rubia avellana, ojos cafés, unos labios deliciosos, sus pechos no era exageradamente grandes, pero los tenía bien puestos y aún firmes, era un tanto llenita, tenía una barriguita, que me quedaba bien con su figura, lo más importante era su enorme trasero, era de caderas un tanto anchas, y su culo tenía una forma redonda, estaba un poco flácido, pero en su lugar, sus piernas relucían con ese par de razones.
    
    Estuvimos sentados y viendo la tele por horas, le puse a una película que me llamó la atención, era de acción, pero de bastantes escenas de ...
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