1. Helena, el jardinero y yo


    Fecha: 12/07/2019, Categorías: Anal Sexo con Maduras Voyerismo Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    Un sábado de verano estaba por la tarde en la casa de Helena; tomando sol en la piscina del fondo, mientras criticábamos a nuestros maridos.De repente interrumpí lo que estaba diciendo y me quedé observando a un hombre joven que caminaba por el jardín entre los arbustos del fondo.“Ese es mi nuevo jardinero, que te parece, amiga…?”. Dijo Helena.Le contesté que me parecía un chico muy sexy, realmente guapo y musculoso… pinta de macho bien recio. Vestía jeans y una camiseta musculosa bastante transpirada, que se le pegaba a su trabajado torso.Le dije también que, seguramente, tendría una pija enorme siempre lista; pero mi amiga me juró que todavía no se la había podido ver…“Vamos a jugar un poco”. Dijo sonriendo mi amiga, desabrochándose el corpiño de su bikini. Sus hermosas tetas redondas quedaron al sol…Ella no tuvo que insistir demasiado para que yo la imitara. Me causaba cierta excitación que ese desconocido pudiera deleitarse mirando de lejos mis tetas.“Hermosas tetas, amiga… imagino el festín que debe darse Víctor allí”Dijo Helena, mientras estiraba sus dedos para acariciarme los pezones.Le dije que tuviera cuidado. Mis pezones son una de las partes más sensibles de mi cuerpo y sus caricias podían excitarme con mucha rapidez. Yo podría tener un tremendo orgasmo en pocos minutos entre sus dedos; lo cual podría convertirse en un papelón con ese chico rondando cerca; aunque la idea de que él me viera acabar gimiendo y gritando me provocaba cierto morbo. Pero Helena continuó ...
    ... acariciándome suavemente, mientras me miraba a los ojos por encima de sus gafas de sol.“Sos una hija de puta, amiga” Le dije suspirando, mientras sentía que un orgasmo comenzaba a tomar forma dentro de mi cuerpo. Entonces Helena también lo notó y de repente retiró sus dedos de mis pezones.Abrí los ojos y la miré fijamente: “No me dejes así, por favor… ya casi…”La turra largó una sonora carcajada, que fue oída por ese chico allá lejos. Volteó y se quedó mirándonos a ambas. Helena entonces me dijo:“Ya picó el anzuelo mi pescadito… por qué no le damos un buen show…?Se desató los hilos de su tanga y abrió las piernas a cada lado de la reposera, quedando completamente desnuda a la vista del jardinero. Comenzó a acariciarse suavemente el interior de sus muslos con sus dedos largos y finos; comenzando a subir hacia el pubis perfectamente depilado…Sonreí para mis adentro y comencé a imitarla, pero sin quitarme la tanga. Cerré mis ojos sin darle importancia a la presencia de ese chico allí cerca y pronto Helena y yo estábamos gimiendo, mientras nuestros dedos se adentraban en nuestras vaginas.La tibieza del sol sobre mi piel y mis propias caricias me excitaron mucho. Hacía varios días que no tenía sexo con mi adorado Víctor y realmente necesitaba una descarga.Abrí los ojos para mirar a Helena. Ella seguía hundiendo sus dedos entre sus labios vaginales cada vez más profundo y su otra mano retorcía los pezones bien endurecidos…Helena gemía ruidosamente. Verla tan caliente me contagió un ...
«123»