1. Mara: Sus inicios. Mi tío Omar.


    Fecha: 29/06/2019, Categorías: Anal Primera Vez Transexuales Autor: yiyemaradona, Fuente: xHamster

    ... Sinceramente, pasé la noche despierta y llorando mientras me hacía la dormida en la cama, junto a mi abuela que me consolaba. Esa noche fue la única que dormí junto a mi abuela, ya que mi abuelo ordenó que en la pieza de adelante, la que daba a la calle dormiríamos los varones, Omar y yo, En la pieza del medio, al lado del baño dormirían las mujeres, mi abuela y mi tia Edelma y él, por cuestiones edilicias, dormiría en la pequeña pieza del fondo que sólo podía albergar a una persona. La primera noche que dormí con Omar, casi no extrañe a mi madre porque él en su cama y yo en la mía, separadas por poco más de un metro, charlábamos y nos divertíamos leyendo historietas, riendono a carcajadas,hasta que mi abuelo gritaba - A dormir, se callan la boca y se duermen!. cosa que no obedecíamos, ya que seguíamos hablando bajito y sin dormirnos hasta altas horas de la noche.... Mi terapia hormonal de feminización llevaba 3 meses al momento de mi cumpleaños, de manera que al llegar a la casa de mis abuelos ya sentía una suerte de revolución interior. Por un lado me encontraba emocionalmente lábil, cosas que antes me emocionaban levemente se tornaban de gran magnitud, lloraba con facilidad y también fácilmente me tornaba algo ansiosa, por momentos desenfrenada. Mi voz era indisimulablemente femenina, ya tenía unas lolas pequeñas, pero notables cuando estaba desnuda, sobre todo por mis pezones turgentes y notablemente sensibles. Había aprendido a caminar delicadamente gracias a las ...
    ... indicaciones de mi madre y para mi sorpresa, en los últimos días mis nalgas se habían tornado redondeadas lo que me mostraba con un andar fascinante que al prestar atención me encontraba caminando como una pequieña modelo de pasarela, lo cuál, en verdad, me encantaba, me hacía sentir linda, como mis compañeritas, pero algo más desarrollada. Mi madre había dejado indicaciones precisas vinculadas con las tomas de mi medicación que mi abuela me administraba rigurosamente, también se encargaba de llevarme al Médico semanalmente, el cuál me interrogaba para luego examinarme exhaustivamente, tras lo cuál, en todas las oportunidades, anotaba la dosis de cada medicamento, eran unas cápsulas, comprimidos y grageas, también, mensualmente, me aplicaba una inyección en las nalgas que me resultaban algo dolorosas y de interminable tiempo de aplicación, cada més una en cada nalga, al finalizar el médico me las masajeaba y creo que algunas veces aprovechaba para excitarse porque tomaba mis nalgas entre sus manos durante un tiempo demasiado prolongado. Yo permacecía quietita y en oportunidades me era inevitable sentir mi pene, al que ya llamaba clítoris, paradito que el Dr. observaba bajo mi estricta bombachita rosa o blanca, siempre impecables porque "te vá a revisar el doctor", decía mi abuela Dominga. Luego de unas noches en mi nueva habitación, cuando mi abuelo ordenó que nos callaramos, Omar, para hablar más bajito, se metía en mi cama. Jugábamos, ingenuamente, yo siempre con mi babydoll y ...