1. Asesinato en el burdel


    Fecha: 29/06/2019, Categorías: Hetero Autor: febarsal, Fuente: RelatosEróticos

    ... ese momento bajaba Lopetegui de la estancia superior en donde se encontraba el lugar de los hechos. Hizo una seña al inspector para que se acercara. Durante unos momentos le habló en voz baja por lo que nadie pudo percibir lo que le dijo.
    
    Volvió Rebollo al salón del interrogatorio con una expresión triunfalista en su rostro; por lo que le había contado el forense y por que había captado y deducido durante su inspección ocular del lugar del crimen, tenía las pruebas necesarias para detener al culpable, sólo le faltaba comprobar un dato.
    
    II
    
    Dirigiéndose a los tres forastero con voz grave y autoritario les dijo:
    
    -Inmediatamente los tres se me bajan los pantalones y los calzoncillos.
    
    Aquellos pobres hombres si comprender nada, dudaron, pero un tremendo grito les conminó a que cumplieran su orden.
    
    En santiamén los tres se quedaron con la guisa que se pueden imaginar: los pantalones en los tobillos y los calzoncillos en las rodillas.
    
    Miró Rebollo a Lopetegui, que se encontraba a su derecha con cara de decepción. Este a su vez mira al inspector con cara de resignación.
    
    En ese preciso instante, muy sigilosamente, Melecio “El Tontaina” se deslizaba hacia la puerta de salida, el ruido que hizo al pisar una cáscara de avellana hizo que Rebollo se apercibiera de las intenciones y le intimara.
    
    -¡Alto! No se mueva ni de un paso más.
    
    “El Tontaina” quedó petrificado.
    
    -Bájese inmediatamente los pantalones. Con voz de trueno le ...
    ... ordenó.
    
    Al pobre “Tontaina” del susto que tenía encima se le bajaron los pantalones y gayumbos a la vez.
    
    Rebollo y Lopetegui quedaron alucinados ante aquello que “El Tontaina” portaba entre sus piernas. Aquel sobrepuesto de la impresión dijo a la vez que sacaba el arma reglamentaria y las esposas.
    
    -Queda usted detenido por el asesinato de “La Perica”.
    
    DESENLACE.
    
    El forense Lopetegui había confirmado las sospechas del inspector. La muerte de “La Perica” se había producido por una terrible impresión que le había sobrevenido ante la contemplación de algo tremendamente monstruoso.
    
    Esta, antes de morir y como pudo comprobar Lopetegui, había clavado sus ojos en aquel brazo de la lámpara que parecía un símbolo fálico, y había apretado sus muslos con tal fuerza que hubo que llamar a un cirujano para que pudiera abrir aquello que el rigor mortis había sellado. Señales inequívocas que la tremenda impresión que le causó el sincope tenía relación con aquel objeto.
    
    El pene de “El Tontaina” comprobadas sus medidas en comisaría eran de 45 cm. de larga por 25 cm. de perímetro. Medidas capaces de matar de la impresión a la tía más puta del mundo.
    
    En un descuido de La Olga, se introdujo en la habitación de “La Perica” con intención de violarla, ésta al ver aquello no pudo resistir la enorme impresión que le causó la insuficiencia respiratoria y parada cardiaca.
    
    “El Tontaina” se declaró culpable y relató los hechos tal como los recreó Rebollo. 
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