1. El chico de las galletas (3)


    Fecha: 22/06/2019, Categorías: Sexo Interracial Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... aguantaban a más no poder el tremendo vergón que tenía atracado por la cola. Sus gritos se hicieron más intensos, incluso me pareció en un momento que casi lloraba, aunque no se si de dolor o de placer. Cosa que no hacia ninguna diferencia a la tristeza que me ocasionaba la escena en cuestión. El chico movía sus caderas de una forma casi incontrolable, poniendo gestos que deformaban su rostro y que eran producto del intenso placer que le prodigaba el apretado ojete de mi mamá.
    
    - ¡Qué grande, Dios, que grande!- gemía con el rostro medio hundido y mordiendo la almohada como poseída por la dulce embriaguez del sexo.
    
    Varios minutos después, dolorosos y tormentosos para mi condición de hijo, el maldito mierda se separó de ella, quedándose sentado y mirando desde atrás lo abierto que debía estar el ano de mi madre. Y razón no me faltaba por lo que escuché.
    
    - Uffff, señora, me hecho sudar con unas ganas… y ese ano, pues que abierto lo tiene ahora señora.- dijo echándose aire a la cara y bufando por la faena realizada.
    
    - Me haz roto el culo, Mauricio, debo estar abiertota.- contestó mi mamá volteando a verlo. Pero me gustó que me dieras como nunca antes me dio nadie.
    
    - No hay porque señora, ya sabe que estoy para lo que usted me pida.- dijo riendo de saber que esa mujer casada se le ofrecía como cualquier puta barata.
    
    En ese instante sin que le digan nada, la madre de Fernando se colocó a cuatro patas moviendo insinuante su muy apetecible cola y que con ese ...
    ... encanto, hasta unas semanas atrás desconocido para mí o mejor dicho no apreciado, hizo que el negro se acercara situándose detrás de ella. Él se quedó observando esa escena, como dudando una vez más que todo no fuera un sueño, y que en realidad esa mujer se le ofrecía en total libertad a recibir su inmenso pene.
    
    Poco a poco su miembro fue creciendo hasta convertirse en esa masa negra y deforme de dimensiones increíbles pero que seducían sin lugar a dudas a ese par de señoras, que de señoras ya no tenían nada. Así fue que abrió las nalgas de la señora Julia y lo restregó con su glande morado y gigantesco, que casi parecía una manzana y lo acomodó en la entrada anal, y suavemente fue dejando que con el mínimo de esfuerzo ganara en los intestinos de ella. Vaya con la señora, sí que en cada sesión me confirmaba la buena hembra que era, toda una mujer hecha para el sexo. Si supieras amigo, si supieras de lo que es capaz tu mamita.
    
    No demoró en terminar de incrustar el glande y ahora la tarea sería mucho más fácil, aunque yo al ver las dimensiones de ese fierro pues sólo podía imaginar lo que debían sufrir las dos. La señora Julia levantó su colita ofreciendo una vista espectacular, digna de la mejor escena pornográfica, el chico supo de inmediato lo que eso significaba, la señora deseaba sentir toda esa deforme verga en su interior. Mientras iba embistiendo suavemente, sus manos acariciaban las deliciosas nalgas de esa mujer, de esa diosa rubia y madura, y que solo emitía unos ...
«1...345...8»