Mi mujer y yo casi a la fuerza - Relatos Eróticos

Mi mujer y yo casi a la fuerza

... imagino que por el miedo.

.- si señor, mira que pitones, parece que nos están saludando. Dijo el moreno

A lo que el otro siguió:

.- si mami, están diciendo ven aquí y cómeme ummmmm como me lo voy a pasar...

Belinda terminó por quitarse el top y lo dejó caer y su reacción fue agachar la cabeza y evitar las miradas directas de lujuria, aunque parece que con la música sonando se la veía menos incómoda.

.- muy bien, muy bien, parece que todavía estas fría, ¿no?, pues eso lo vamos a solucionar ahora, nos vamos a tomar unas copas para caldear el ambiente.

Sacaron 2 botellas de whisky y sirvieron 4 cubatas a mi me pusieron una pajita en la copa y me obligaron a beber de ella y a Belinda igual. Nosotros no hemos sido bebedores y en alguna ocasión que nos hemos pasado a Belinda enseguida se le sube el alcohol y se pone bastante tontorrona, en parte yo pensaba que así sería mejor pues de esta manera sufriría menos y sería menos consciente.

Dimos varios tragos hasta que nos hicieron acabar la copa, la música seguía sonando y la cámara grabando.

.- venga vamos continúa donde lo dejaste.

A Belinda se le notaban las mejillas entornadas por el alcohol ya que con el estómago vacío le había empezado a subir enseguida, se posicionó en el centro de nuevo y llevó sus manos al botón del pantalón desabrochándolo, empezó a bajar la cremallera y surgió el lacito y la goma superior del tanga y a continuación la tela de color carne translúcido y con agujeritos que empezaban ...

... a dejar salir los pelos cortos del pubis, que tenía rasurados a modo de una línea fina que baja como si fuera una flecha que indica la puerta del paraíso, y justo cuando iba a bajarse los pantalones...

.- Ehhhh un momento - dijo el moreno- quieta ahí, ahora quiero que te des la vuelta y que te bajes los pantalones muy lentamente pero sin doblar las rodillas, que queremos disfrutar de la mejor vista que puede disfrutar un mortal y más con ese culazo que dios te ha dado...

la verdad es que ni yo mismo lo habría dicho mejor, a mí también me estaba empezando a hacer efecto el alcohol y me notaba extrañamente excitado por la situación, ya que a mí nunca me habría hecho nada igual y verla así sometida por otro pero sin violencia me estaba creando una extraña sensación de morbo.

Belinda se dio la vuelta y juntó las piernas puso sus manos en los laterales del pantalón y comenzó a bajárselos sin doblar las rodillas, apareció la tira del tanga, esa que pone tanto cuando sobresale por encima del pantalón, y continuó bajando empezaron a aparecer aquellas dos esferas mágicas que tantas fantasías han alimentado y el tanga se iba perdiendo en ellas hasta que lo engulleron y de nuevo el culo se iba abriendo a medida que bajaba y ahí apareció de nuevo esa maravillosa visión del conejo marcado por la línea de separación de los labios y lo que más me sorprendió, con una mancha de humedad en el centro, en ese momento miré alrededor y estaban los 2 chicos mordiéndose el labio inferior y ...