1. Secretaria jovencita


    Fecha: 26/08/2017, Categorías: Anal Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Hola a todos, este es mi quinto relato, espero les guste, pero vuelvo a dar mi descripción, soy un hombre de 40 años, divorciado, de 1.70 de estatura, peso 78 kgs moreno, ojos que me chulean mucho las mujeres, y con un caramelo no muy ostentoso pero sin duda hago rendir al máximo.
    
    Esto sucedió hace algún tiempo, ambos éramos solteros y jóvenes; a ella la llamare Lucia, era chaparrita, güera, muy güera, con unas tetas formidables y con unas caderas y nalgas perfectas.
    
    La conocí por mi trabajo, ella era secretaria y la asignaron a donde yo estaba laborando, desde el primer día que la vi me impresiono, llevaba un vestido corto pegado a su cuerpo, unas medias blancas y zapatillas, entró a donde la vi contra luz, y me pareció perfecta su silueta, pero no me imaginaba todo lo que iba a pasar con ella.
    
    Esa vez le empecé a explicar lo que tenia que hacer ahí, con lujo de detalles y con mucha atención le iba diciendo los procedimientos, ella prestaba atención, y a cada oportunidad admiraba su esplendido cuerpo de 19 años, virginal y con unos ojos muy expresivos, llegó la noche y se empezó a despedir, por lo que me ofrecí caballerosamente acompañarla a la parada del camión, cosa que me agradeció.
    
    Así cada día sucedió hasta que la invite a salir; después de ir a pasear y tomar algún helado, la invite a mi casa, llegamos, estuvimos viendo una película, y nos empezamos a besar, eran unos besos inolvidables, que hasta la fecha recuerdo perfectamente, le empecé a acariciar sus ...
    ... tetas, las cuales estabas totalmente excitadas, a punto de explorar, pero sus manos luchaban contra las mías pero a la vez me ayudaban, le desabroche la blusa, le subí el brasier y vi sus pezones perfectos y erectos, le empecé a besar las aureolas y veía como ella suspiraba y tomaba mi cabeza apretándome contra su pecho, hasta que me empecé a meter sus perfectas tetas en mi boca, mis manos ya trabajaban en sus piernas, las cuales se abrían en señal de aprobación, subí hasta su monte de venus y sus suspiros ya eran mas que quejidos, le empecé a quitar esas deliciosas medias que tanto me excitaban y le empecé a tocar su conchita por encima de su pantaleta, sus caderas parecían tomar vida propia, pues se movían de adelante hacia atrás y estaba totalmente mojada.
    
    Logre quitarle las medias, su pantaleta, blusa, brasier, todo, y me acerque mi boca hasta su conchita, tenia unos bellos güeros, y los labios vaginales muy delineados, virginales pero hinchados de la excitación, la recosté y acerque el miembro a su entrada, y a pesar de que estaba totalmente excitada, en cuanto sintió mi verga en la entrada, automáticamente cerraba sus piernas y se quejaba del dolor, por lo que ese día no pude hacer nada, la trate caballerosamente cosa que ella agradeció pero las cosas no terminaron ahí.
    
    Las citas se volvieron mas periódicas, hasta que me dijo que ya estaba lista, por lo que fuimos otra vez a mi cuarto, y ese día logre desvirgarla, le meti el miembro todo y aunque al principio se ...
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