1. Seduccion en el anal tercera vez


    Fecha: 22/06/2017, Categorías: Incesto Autor: flowhot, Fuente: RelatosEróticos

    ... físico en sí. Me volví a erguir y me la volví a mojar en saliva. Además, comencé a comerle el culo para comprobar cómo se iba haciendo de grande y que aceptase el placer. Aquello parecía que iba a ser complicado pues apenas se veía progreso. Pero la insistencia es el camino al triunfo y finalmente después de cuatro o cinco intentos, la cabeza del capullo iba consiguiendo dilatar la entrada un poco. Como se empezó a quejar de la molestia, paré y dejé de hacer presión.
    
    La postura no era la mejor, tengo que reconocer. Pensé que iba a ser más fácil dado lo cachonda que estaba, pero estaba claro que ella tenía ese instinto reflejo del daño recibido por las otras veces que se lo intentaron hacer y que terminaron fatal. Llegado a este punto, la siguiente estrategia era hacer "la cuchara": yo detrás de ella, tumbados de lado. Esta postura deja el cuerpo totalmente relajado y el ano no hace tanto esfuerzo. La penetración es más placentera y la chica está más tranquila dado que tiene más facilidades de parar la faena si comprueba que algo no anda bien.
    
    Vuelto otra vez a los mismo de antes. Saliva y más saliva. La punta de mi polla presionando la entrada de su ano. Su mano controlando la penetración mientras yo embestía poco a poco. Movimientos pausados sin sacarla. Que entrase poco a poco. Que notase como iba invadiendo su culo, cada vena de mi polla, mientras con la otra mano le acariciaba el coñito. Agujero, por cierto, que estaba empapado. Como ya me estaba poniendo muy ...
    ... burro, quise terminar con el asunto rápidamente y la sujete fuerte los brazos para que no pudiese moverse mientras mi polla le iba penetrando con firmeza. Caso omiso a sus quejas, que eran más por miedo que por un supuesto dolor que realmente no existía.
    
    Comencé a penetrarla ya con decisión hasta que se dejó hacer. Al final conseguí metérsela entera hasta el fondo ante gritos de placer e incredulidad. No se lo creía. No le cabía en la cabeza que tremendo trozo de carne estuviese metido hasta dentro de su culo.
    
    - ¡Cacho guarra! Hace dos días no me dejabas metertela en el portal de tu casa y hoy ya te estas dejando dar por el culo ¡Cerda!
    
    - ¡Ah! ¿que dices? ufff, ufff.
    
    - ¡Que eres una guarra!.- mi mano se acerco otra vez a su coño. Este estaba empapado. Exageradamente lleno de flujos. - Te gusta que te trate así mientras te reviento el culo ¿eh?
    
    - Si, si...- jadeaba.
    
    - Esto te va a encantar.
    
    Le seguí acariciando con mi mano el coño cada vez mas rápido, hasta que su orgasmo le inundó por dentro mientras mi polla no dejaba de perforarla el culo con un lacito de bienvenida al mundo real que le regale al oído:
    
    - ¡Puta!
    
    Cuando se tranquilizó. Le saqué la polla del culo a lo que asintió:
    
    - Ufff, que alivio.
    
    - ¿Te ha gustado? .- le pregunte.
    
    - Si... no... No sé...
    
    - ¿Te ha dolido?.- insistí
    
    - No... Era un poco molesto, pero no me ha dolido. No sé... me ha gustado. Ha sido raro.
    
    Siempre es lo mismo. Se sienten confusas ante el nuevo placer ...