1. Seduccion en el anal tercera vez


    Fecha: 22/06/2017, Categorías: Incesto Autor: flowhot, Fuente: RelatosEróticos

    Hace unos días he vuelto a desvirgar un culito. Lo cierto es que me sorprende la cierta facilidad que tengo para que mis amantes accedan a tal salto sexual, pero es lo que es y me enorgullece que confíen en mi trato y experiencia para dejarse profanar tan sagrado y tabú agujero.
    
    Ella es una chica de 27 añitos. Una chica preciosa: alta, esbelta, un poco entrada en carnes pero sin llegar a la gordura, ojazos azules, tetas muy sugerentes y duras, cintura estrecha y un culito pequeño, de los que a mí me gustan.
    
    Llevamos unas cuantas semanas follando. Sexo fuerte y duro, como a ella le gusta. Debo de hacérselo tan bien que hasta ella misma se sorprende de la cantidad de flujo que suelta cuando follamos. Al principio lo confundió con sudor. Luego se dio cuenta que todo aquello que pringaba la cama y parte de su tripa era su propio fluido de lo caliente que andaba.
    
    Me costó poco follármela. El primer día que nos conocimos estuvimos tomando algo en varios pubs. Muy típico todo aquello. Luego la llevé hasta su casa y antes de bajarse del coche nos comimos los morros con la promesa de vernos al día siguiente.
    
    Ese día llegó y tras una tarde de cañas, la acompañé hasta su portal. Nos metimos dentro y nos empezamos a enrollar. Prácticamente casi la follo allí mismo, en las escaleras del descansillo. Pero me contuvo dado que no le parecía tan buena idea follar allí y menos con un tío que había conocido hace un día. Al menos me regaló una buena mamada.
    
    Al tercer día ...
    ... volvimos a quedar. Ya no había más que hablar. Después de tomarnos unos vinos me invitó a su casa, donde la follé de todas las maneras posibles.
    
    Como soy muy mío, pronto comencé con la sugerencia de metérsela por el culo mientras le follaba a lo bestia el coño; cosa a lo que ella se negó categóricamente dado que su ex-novio y otro noviete que tuvo hace años lo intentaron y apenas consiguieron meter un poco "la puntita". Le dolía demasiado, y como todas aquellas amantes que he tenido y que lo intentaron en su día, les dolía demasiado. Ella quería placer, no sufrimiento.
    
    Así pues, en formato dominante, hice lo que siempre hago con las amantes que no acceden a dejarse dar por el culo: convencerlas sutilmente. Esto consiste en un procedimiento sencillo pero a la vez quirúrgico.
    
    Primeramente la comí el oído. Con un tono de voz suave y agradable la cuento tranquilamente como se lo haría y lo que va a sentir. Mis manos no dejaban de acariciarla en ningún momento, mientras mi polla entraba suavemente en su coñito. Muchos besos y muchas palabras de tranquilidad. Ella no bajaba la guardia en ningún momento, pero es aquí donde la meto la idea en la cabeza para que pase de negativo a positivo. Que nazca la duda.
    
    Luego, le saqué la polla y bajé "al pilón" a comérselo tranquilamente mientras mis dedos jugaban con su coñito. Es aquí cuando furtivamente algún que otro dedo (el meñique, por ejemplo) aprovechaba para acariciarle el ano e incluso meter el dedo poco a poco. Al principio se ...
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