1. Domingo de Pantimedias e infidelidad


    Fecha: 31/05/2019, Categorías: Fetichismo Autor: Slim Pantyhose, Fuente: CuentoRelatos

    Mientras cogíamos, le confesé a mi esposa que me gustaría ver como Omar (un compadre mío) la podría manosear mientras ella llevaba puesta unas pantimedias en color natural. Al principio y mientras duraba la calentura, ella aceptaba todo lo que yo le decía, pero después de coger; todo se enfriaba.
    
    En varias ocasiones yo mencionaba lo mismo y tanta era mi insistencia que, en un momento dado, hasta ella opinaba al respecto y hasta mencionaba en cómo se le acercaría para que él se animara a tocarla.
    
    Omar es un amigo desde hace más de 15 años, es una persona casada y además de todo es cristiano, una religión que tiene muy presente la moral y las buenas costumbres, aunque la verdad hay que decirla, le gusta la borrachera y además pienso que le gusta mi esposa, porque siempre que hemos convivido, él piensa que yo no me doy cuenta, pero muchas veces he visto como voltea a ver a mi esposa, jajaja, pienso que ella le gusta.
    
    Después de tanto insistir, un día ella me dijo que aceptaba cumplirme esa fantasía, pero que no se las daría, sólo iban a ser caricias y nada más, que tampoco ella estaba en condiciones de tomar alcohol en ese día y que, por último, lo que se fuera a dar, quería que fuera en casa y no en otro lado. Me puso muchas condiciones y bueno, casi todas se cumplieron con tal de pasar un momento de calentura extrema.
    
    Llegó el día tan esperado por mí, invité a Omar a casa a ver un partido de futbol, pero con una condición, que se fuera el solo a casa, que fuera sin ...
    ... su esposa ni sus hijas. Eso fue un triunfo, pues su esposa es una persona muy celosa y casi siempre que sale, las tiene que llevar, pero parece que el destino estaba de lado mío (¿o habrá sido de lado de él?).
    
    Como de costumbre, comenzamos tomándonos unas cervezas y después mi esposa nos puso unas botanas, ya saben, papas con salsa, cacahuates, totopos, etc.
    
    Cuando ella terminó de atendernos y todavía con ropa de trabajo, me dijo que se metería a bañar, pues que sus amigas iban a pasar por ella para ir a comer, entonces que no quería demorarse.
    
    Mientras ella estaba en la ducha, yo comencé a bombardear a Omar con una serie de comentarios y todos ellos haciendo referencia a mi esposa, a la forma en cómo se viste, como me gustan sus piernas cuando se las enfunda, como la voltean a ver en la calle, etc. Al parecer este tipo de comentarios no le incomodaban en lo más mínimo, pero tampoco era muy efusivo al responder, como si temiera a que yo me fuera a molestar por algún mal comentario.
    
    Después de casi una hora en la que ella tardó en bañarse y arreglarse, ya cerca de las dos de la tarde, salió completamente hermosa. Una blusa blanca, una falda a la rodilla, unas zapatillas altas y por supuesto, unas pantimedias en color natural con un ligero brillo, la verdad es que se veía preciosa como nunca. Obviamente Omar se quedó con la boca abierta al igual que yo.
    
    Se sentó un momento con nosotros y platicamos un rato los tres. Efectivamente no quiso tomar nada y como a los ...
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