1. MI ESPOSA LE PRACTICÓ SEXO ORAL A UN DESCONOCIDO


    Fecha: 28/05/2019, Categorías: Sexo oral Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... talón que estilizó la figura y resaltaban su culito, había maquillado sus labios de color muy rojo. Tenía un aire de actriz porno de los 70`s, lo que me dejó realmente caliente, pero a su vez asustado, ya que una cosa es vestirse en privado así y otra muy distinta es salir de carrete con tu esposa vestida de prostituta. Pensé que tal vez era mucho para la ocasión y que debía recatarse un poco, que algún conocido la podría reconocer, no se vería bien una ingeniera de bataclana en la calle. Como ven, estaba dudoso pero caliente. Todo comenzó a tomar otro cariz cuando me pidió que revisara su conchita, lo que dijo subiéndose la mini dejando al aire su sexo absolutamente afeitado, mis bolas cosquillearon y mi pene se abultó rápidamente. Subió una pierna a un sillín y me acerqué a revisar, moví sus labios vaginales para un lado y otro revisando que no hubiese ningún pelo, abrí también sus cachetes por si había alguno pero también había pasado la afeitadora por ahí. Su conchita se veía como la de una quinceañera y exudaba un excitante aroma, quise besar su rendija pero ella no me lo permitió, me dijo que después tendría tiempo para explorar. A esa altura mi pene me molestaba en el pantalón ya que estaba extremadamente caliente. Le pedí que se pusiera una tanga que me encanta, es de tiritas delgadas e hilo dental, por delante es un triángulo de color cebra muy pequeño. Cuando se la colocó me preguntó si se vería al sentarse, le dije que se sentara, lo cual hizo pero con las ...
    ... piernas cruzadas, le dije que no se veía nada, mentí, se veía a un kilómetro el triángulo de color blanco y negro, luego bajó la pierna para ver si se veía, tuve que tragar saliva, no solo se veía el calzón, también se podía ver su pelada concha separada por el hilo dental negro…le respondí: no se ve nada quédate tranquila, ella dudosa y con cara pícara me dijo ¿seguro?. La verdad es que estuve a punto de abortar la salida, ya era mucho, una cosa es vestirse de puta, otra muy diferente es mostrar la concha en público. Pero luego pensé, filo será por esta noche, si no lo hacemos me arrepentiré de por vida, es solo un juego. Hasta ese momento ella se veía muy segura, el inseguro era yo, estábamos llevando nuestra intimidad hacia fuera de estas cuatro paredes y eso me tenía muy dudoso, pero a su vez muy califa.
    
    Una vez en el auto nos dirigimos a la Plaza Ñuñoa, en el camino no podía evitar mirar a mi esposa, su escote se veía increíble, ese buen par de tetas redonditas me tenían a full, pero lo que me tenía vuelto loco era su entrepierna, la mini era tan corta que no alcanzaba a cubrir su pequeño calzoncito, incluso se podía ver su monte de Venus absolutamente rapado. Estacionamos en el subterráneo en el cual no había muchos autos, nos bajamos no sin antes besar ese abultado escote. Caminando hacia el ascensor me fui unos pasos atrás, quería ver a mi esposa en todo su esplendor, su piernas se veían espectaculares y su culito moviéndose de un lado para otro me tenía hipnotizado, la ...
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