1. Una noche en la disco (JULIA)


    Fecha: 26/05/2019, Categorías: Intercambios Autor: nosoycompasivo, Fuente: SexoSinTabues

    UNA NOCHE EN LA DISCO JULIA 1ª Parte Hola, me llamo Julia y quiero contaros lo que me paso una noche de cena y baile con las madres del AMPA del colegio de mis hijos. Dentro del AMPA, tenemos un grupo, formado por madres con hijos en los primeros cursos, lo formamos 10 madres, y vamos desde los 20 años de la más joven, hasta los 29 que es mi edad. Dos veces al año dejamos los niños con nuestros maridos o abuelos, nos vamos de cena loca y aquí empieza mi historia. Para esta cena Marisa, la más joven de todas, propuso cambiar de restaurante e ir a uno que tenía un espectáculo picante solo para mujeres, todas asentimos por el cachondeo que suponía. El único problema era que estaba un poco alejado del centro, pero la ventaja era que tenía alrededor un montón de discotecas donde elegir bailar. Quedamos a las nueve y media de la noche en la puerta del colegio para ahorrar coches, y al final fuimos ocho madres, dos no tenían con quien dejar a los niños. Decidimos ir en dos coches, en uno iban (pondré los nombres y las edades): Luna 27, Saray 22, Begoña 25 y Concha 24, en el otro íbamos: Josefa 25, Maribel 23, Marisa 20 y yo 29. Del grupo la más lanzada era yo y la más mojigata Begoña, pero nos llevábamos bien, siempre estábamos en el parque con nuestros hijos, por lo que las confesiones entre nosotras eran muy habituales, y durante el trayecto comentábamos entre risas lo que esperábamos del espectáculo, que si un negro con 30 cm. , que si una pareja, que si se arrimarían, ...
    ... cosas por el estilo. Con esa charla, yo por lo menos llegue al restaurante un poco excitada. Nos recibió un camarero guapísimo, con un cuerpo perfecto, una sonrisa preciosa, y un hablar de lo más picante. — ¿Las señoritas tienen reserva o vienen a actuar? - sonrió - Pues esos cuerpos merecen ser exhibidos, vienen con la ropa adecuada para este sitio. La verdad que sin ponernos de acuerdo todas estábamos con prendas que resaltaban nuestro cuerpo y la mayoría algo provocativas. Entramos en el restaurante, otro camarero nos llevo a nuestra mesa, estábamos muy cerca del escenario, y Luna no se cortó un pelo: —Joder con lo cerca que estamos, seguro que tocamos cacho. Todas nos echamos a reír, pero noté cómo a alguna le brillaban los ojos. Pedimos unas copas antes de cenar para entrar en calor, yo al beber notaba un calorcito en el coño, y eso que el espectáculo no había comenzado. Nos sirvieron la cena, y a los pocos minutos salió al escenario un chico de unos 20 años con un cuerpo escultural y muy poca ropa. Comenzó un baile para mostrar todas sus dotes, bajo su bañador se adivinaba un miembro grande; se acerco a nuestra mesa, descendió del escenario y se sentó sobre el regazo de Begoña. Ella se puso roja como un tomate, el chico le cogió la mano y la llevo a su paquete, Begoña empezó a acariciarlo y dijo: —Chicas, esto es un pene y no el de mi marido, ¡Dios, qué pedazo polla, creo que si quisiera follármelo, no me entraría ni la mitad! El chico le dio un beso en la boca y ella ...
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