1. Amigos gozando del intercambio en un plácido Balneario


    Fecha: 13/05/2019, Categorías: Intercambios Autor: Werther el Viej, Fuente: CuentoRelatos

    ... detuvo su vaivén. Y soltó una especie de bramido ahogado, mientras se estremecía ligeramente.
    
    -¡¡No, no no!! -gritó Floren- ¡¡Ahora no!! ¡¡No pares, no pares ahora!! ¡¡Hijoputa, no te corras ahora!! ¡¡Joder, joder!! ¡¡No pares, cabrón!!
    
    Por lo visto, el “cabrón” estaba eyaculando dentro de la vagina de mi mujer; estaba vaciando la leche de sus cojones dentro del chocho de Floren; evidentemente, estaba disfrutando de un espléndido orgasmo, pero por lo visto no recíproco.
    
    Casi enseguida, sacó de la raja de mi mujer su polla embadurnada y se dejó caer de espaldas a mi lado, con cara de gran satisfacción
    
    -El muy hijo de puta siempre hace igual -pretendió consolarla Charo-. Pero no te preocupes, reina. Yo te acabo.
    
    De inmediato, retiró la almohada que Floren se había colocado para apoyar la barriga y se acomodó en posición de 69, debajo de mi mujer.
    
    -¡Nena, reina, qué chochito más rico...! ¡Mmmmm...! ¡Y lleno de leche...! ¡Ja, ja, ja...! ¡Mmmmm...! ¡Qué gustito, reina...! -fue proclamando Charo, mientras, con su cabeza bajo los opulentos muslos de mi mujer, se daba un banquete con su coño peludo. A su vez, mi mujer se mantenía más o menos a gatas sobre Charo, quien con las piernas bien abiertas le acercaba su chocho chorreante a la boca para que se lo lamiese, se lo chupase, se lo comiese apasionadamente.
    
    Verlas disfrutando con sus maniobras lésbicas me puso enseguida de lo más lujurioso y respondí acelerando frenéticamente mi paja.
    
    -¡Vaya! -soltó Luis, ...
    ... que, sin que me diese cuenta, reptando sobre la cama se había sentado a mi lado. Y de golpe me agarró la verga (“Hala, déjame”) y se puso a mamármela.
    
    Desconcertado por la sorpresa, confuso y vacilante, le dejé hacer. Pero te confieso que a la segunda chupada terminó mi indecisión, porque experimenté una sensación muy confortable y placentera. Esperé la tercera chupada con cierta ilusión. Y tras la cuarta, ya había decidido que aquello iba a llegar hasta dónde Luis quisiera que llegase.
    
    El tío la mamaba como un Dios. Muy pronto, noté por todo mi cuerpo una sensación deliciosa que crecía ansiosamente a cada chupada. Enseguida, me sentí tan cómodo y gratificado por la felación que me abandoné en cuerpo y mente a las iniciativas de Luis, que alternaba o repetía sus acciones a su voluntad. A veces, el tío me frotaba con su lengua hábilmente el frenillo de mi verga. A veces, me ceñía vigorosamente con los labios el capullo y, poco a poco, se iba tragando mi polla entera. A veces, la ensalivaba y me mordisqueaba sutilmente el balano. Y a cada maniobra, sentía como aumentaba mi deseo de placer. Era una sensación de gozo maravillosa e incompleta que me hacía gemir de gusto.
    
    Lo que más me excitaba era ver con la impasibilidad con que el tío me la mamaba. Actuaba casi profesionalmente, como si me dijese “es el precio por haber follado a tu mujer”. Esa actitud me hacía disfrutar al máximo de su felación, ya que podía concentrarme solamente en mi gozada, sin tener que dar nada a ...
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