1. Dos maduros para mi (9)


    Fecha: 12/05/2019, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Después de la fantástica noche que tuvimos con nuestros porteros, su hermana y marido, yo había quedado con Paco el marido de la hermana de Gloria, nuestra portera, para tener una tarde de sexo a tope, él estaba de acuerdo y habíamos quedado para este lunes. Yo se lo había comentado a Ricardo mi pareja, él estaba de acuerdo en que yo estuviera solo con Paco, pero que luego le gustaría que yo le contase todo lo acontecido. Le dije que perfecto y que le amaba profundamente, Ricardo asintió y con un precioso beso en los labios me recordó que él también me quería.
    
    Llegó el lunes, por la mañana coincidí con Paco en la portería, estaba esperando a que Carlos mi portero volviera de hacer unos recados fuera. "Esta tarde vas a disfrutar como nuca lo has hecho" le dije, a lo que Paco respondió "Estoy seguro, estoy deseando estar entre tus brazos".
    
    Terminé De trabajar pronto, estaba en casa a las 4 y media de la tarde, me duché ya que hacía un calor insoportable, puse el aire acondicionado y esperé a que llegara Paco con unos pantalones cortos y sin camiseta, estaba superexcitado solo de pensar que ese pedazo de hombre iba a ser sólo para mí, que íbamos a estar juntos toda la tarde y parte de la noche, ya que Ricardo me dijo que aprovecharía para cenar con una pareja de amigos suyos y que llegaría tarde.
    
    Sonó el timbre, abrí y ahí estaba Paco, con unas bermudas verdes y una camiseta de tirantes blancas muy ajustada, marcaba perfectamente, sus tetas, sus pezones puntiagudos y ...
    ... su enorme barriga, sus pelos salían a borbotes por el escote de la camiseta, me sonrío y me dijo "aquí estoy", cerré la puerta y nos fundimos en su beso salvaje, nuestras lenguas se entrecruzaban en nuestras bocas, yo empecé a sobar sus enormes tetas, mientras él masajeaba mi culo, teníamos la boca llena de saliva que los tragábamos de un modo glotón, como si la vida nos fuera en ello. Allí mismo le despojé de la camiseta y ante mí apareció aquel pedazo de torso maravilloso, lleno de pelos, enorme, gordo, duro, con sus pezones duros como piedras, los cuales empecé a mordisquear mientras Paco besaba mi nuca y mis orejas y decía cosas como "nunca me había sentido tan excitado en mi vida, me vuelves loco Alberto, quiero sentirte dentro de mí".
    
    Nos fuimos a la habitación, el me desnudó, se arrodilló y empezó a chupar mi polla, la cual estaba dura y con gotitas de mi leche en la punta del capullo, las cuales lamió y después se metió toda mi polla en mi boca, yo apretaba con fuerza mis pezones y embestía como un animal contra la boca de mi amante, Paco degustaba mi polla como si comiera un manjar exquisito, apretaba mi culo con sus manazas, yo estaba al borde del orgasmo, pero todavía no quería correrme, quería seguir disfrutando del aquel semental. Saqué mi polla de su boca, le levanté y empecé a besarle como un poseso, mientras, le iba quitando las bermudas que cayeron al suelo y dejaron de aprisionar aquel tótem de lujuria, ahora me arrodillé yo y metí poco a poco aquel pollón ...
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