1. Por infiel, inicie a mi esposa en la prostituc (6)


    Fecha: 10/05/2019, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Todos, todos los hombres casados con hembras sensuales y hermosas, piensan en algún momento la posibilidad de compartirlas con otros hombres. Y el solo pensar contemplar como ellas gozan, siendo seducidas y penetradas por machos fuertes y excitados, hace que la imaginación vuele, y se traslade a regiones profundas y desconocidas del placer. Este es el verdadero erotismo.
    
    Ahora ya no cabía pensar en nada, ahora había que explorar el excitante mundo de la carne, acompañado de la hembra más ingenua, hermosa, tentadora, y voluptuosa de todas: Mi rica, y tentadora esposa.
    
    Es que Andrea está para hacerle un monumento a la sensualidad. Mujer más incitante que ella no hay. De ella todo es bello e irresistible, pero lo más deseable son sus incomparables piernas. En la mujer; y esto que digo es un secreto que todos los hombres y mujeres sabemos, lo más incitante y provocador son sus piernas, sus muslos. Los muslos, para todos los hombres, es la parte más sexy de la mujer. Mujer de piernas hermosas es mujer hermosa, mujer de piernas sexys es una mujer sexy, llamando al deseo, convocando al placer sexual.
    
    Y para el hombre latinoamericano, (con el perdón de las delgaditas), las piernas de una mujer deben ser gruesas, curvilíneas, de contornos explosivos, complementados por unas nalgas firmes, sensualmente redondeadas. Una mujer “rica”, una hembra “tuco”, una deliciosa hembra. Esa es la idea, más en el amor, hay espacio para todas.
    
    En cuanto a mí, la parte que me había ...
    ... tocado era envidiable. Andrea es una mujer que derrocha sexo por todas partes. Y lo que hallo más especial y excitante en ella es su realidad interior, y no su apariencia. Ella es ingenua y dulce, pero provoca someterla en la cama. Ella no insinúa ser sexy, ella es sexy. Ella no sugiere el sexo, ella despierta el deseo de poseerla. Y en cuanto a sus piernas, esos blancos y carnosos muslos la hacen ver como una tentadora bomba sexual.
    
    Su voz me sorprendió en pleno vuelo erótico: “¿En qué piensas mi amor?”
    
    - Admiraba tu cuerpo, me imaginaba cosas.
    
    - ¿estas excitado?
    
    - No estoy excitado, tú me excitas.
    
    - Tú también me excitas, eres muy varonil, eres mi hombre.
    
    - ¿Qué es lo que más te excitaría hacer Andrea?
    
    - No sé, nunca lo he hecho a propósito, pero creo que lo que más me excitaría es exhibirme, mostrarme. Pero quiero que no sea como antes; como en las falsas reuniones y fiestas de la sociedad de Guayaquil, en donde mujeres envidiosas y de mal corazón muestran sus joyas y vestidos caros, para que las demás personas les rindan reverencias. ahora preferiría sin temor, mostrarme como lo que soy, una mujer.
    
    - “Una mujer deliciosa, incomparable”, le dije sonriendo pensativamente. Cuenta conmigo para ello, pero dime sin temor: “¿Que significaría para ti exhibirte como mujer?”
    
    - Si cuento con tu permiso… quisiera iniciarme, estrenarme como mujer admirada y deseada. …¿Estoy mal?
    
    - No, no lo estás, continúa.
    
    - Me he imaginado vistiendo las prendas más ...
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