1. Me llaman Cascabel (2)


    Fecha: 07/05/2019, Categorías: Poesía Erótica, Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    -Sí, tía… entendido… -contesté mientras empezaba a desvestirme. Me quité toda la ropa y volví a sentarme para seguir desayunando.
    
    –Sos un buen chico, querido, te portás bien, sos muy obediente y muy buena mucamita. Te merecés un premio…
    
    Al oír lo del premio la miré a la cara y vi que sonreía de una manera especial.
    
    -¿Un… un premio, tía?... ¿Qué premio?...
    
    -Lo que a vos más te gusta, Cascabel… -dijo ella con un tono insinuante. Lo que más me gusta es la verga, pensé, pero ella es mujer, no puede darme verga.
    
    -Pensá en algo que te gusta mucho, muuuuchoooooo, querido… -insistió y entonces me arriesgué: -Lo que… lo que más me gusta es… me gustaría una verga, tía Celia… -le dije con las mejillas ardiendo de vergüenza.
    
    Ella río entre dientes y dijo: -Estaba segura de que me ibas a decir eso, putito. Y ése va a ser tu premio… Tía Celia se va a ocupar de conseguirte una verga, pero no cualquier verga, sino la de cierto señor que estoy segura de que te va a calentar mucho, Cascabel, porque es como los viejos que tenés en tu ordenador…
    
    Yo no podía creer lo que estaba escuchando. Era como un cuento de hadas… Pero tía Celia me explicó su idea y estuve a punto de arrodillarme a su lado y besarle las manos como un gesto de emocionado agradecimiento.
    
    -Yo ya le hablé de vos a mi jefe, pero hasta un punto. Le conté que soy tu tutora, que tenés dieciocho añitos, que sos increíblemente lindo y me doy cuenta de que al tipo le brillan los ojos. Hoy voy a ir a fondo ...
    ... y veremos qué pasa.
    
    -Ay, tía, ojalá salga bien… ¿Así que es un señor mayor?...
    
    -Sesenta y cinco años, Cascabel… Estatura media, robusto, pelo lacio y canoso peinado con gel.
    
    Semejante descripción me excitó y desée con todas mis fuerzas que tía Celia tuviera éxito. Ella se fue a trabajar y yo me puse a hacer las tareas de la casa con la mente llena de fantasías sobre ese señor, hasta que a las cinco de la tarde sonó el teléfono: -Hola, Cascabel… -me saludó tía Celia con voz insinuante.
    
    -Ho… hola, tía… .contesté después de aclararme la garganta y hecho un manojo de nervios.
    
    -Oíme bien, nene. Date una ducha, vestite y te venís al estudio ya mismo. El doctor Iñíguez quiere conocerte.
    
    -¡¿En serio, tía Celia?!... –pegunté casi gritando de tan entusiasmado que me sentía; entusiasmado, caliente y temeroso a la vez. Iba a ser mi debut sexual en manos de un señor de ésos que tanto me excitan. Me metí en la bañera y me duché, me lavé la cabeza, me enjaboné prolijamente y por supuesto me metí el dedo medio en el culo para asegurarme de que el sendero estuviera bien limpio. Para vestirme elegí un jean ajustado, una camiseta sin mangas y unas lindas zapatillas, sin medias, y cuarenta y cinco minutos después llamaba por el portero eléctrico al octavo piso oficina C de ese edificio ubicado en el microcentro de la ciudad. Estaba tan nervioso que temblaba de pies a cabeza y tuve que sujetar mi mano derecha con la otra para poder acertar con mi dedo índice en el botón ...
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