1. Buscaba un aprobado


    Fecha: 04/05/2019, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... pero poco a poco me fui acostumbrando y empecé a sentir placer. Los movía dentro en círculos haciéndome dilatándome el agujero.
    
    Cuando sacó los dedos sentí como apoyaba la punta de su pene en la entrada de mi culo y empezó a empujar despacio para que me fuese acostumbrando a su polla. Me la fue metiendo lentamente hasta que sentí que no me entraba nada más. Empezó un mete y saca primero despacio y luego acelerando su ritmo mientras mi polla empezaba a crecer.
    
    Sentí como su mano me agarraba la polla y empezaba a masturbarla siguiendo el ritmo de su follada, con la otra mano me acariciaba el pecho y llegaba hasta mis pezones acariciándolos.
    
    Estaba totalmente extasiado por el placer que me estaba dando con su follada y sus caricias. Me llenaba con su polla que llegaba a lo mas profundo de mi ser, me estaba dando un placer que no había sentido antes, quizás la experiencia que le daba su edad.
    
    Continuaba taladrándome el culo una y otra vez, pellizcándome los pezones, masturbándome ... ¡cuantas manos tenia este tío!
    
    A pesar de mi calentura, me empezaba a dar cuenta de que había alguien mas en la habitación, pero apenas me salían palabras de protesta, solo gemidos de placer, que aumentaron al sentir una lengua sobre uno de mis pezones que se succionaba y mordisqueaba.
    
    Ya eran dos manos las que me tocaban la polla, alternándose para masturbarla. Otra mano continuaba agarrándome y pellizcándome el otro pezón y ¡ahora también tenia dedos metidos en mi ...
    ... boca!
    
    Mientras me corría abundantemente sentía como mi culo se iba llenando de leche y salpicaduras en mi cara de la corrida de alguien que se habia pajeado delante de mi.
    
    Mi cuerpo quedaba totalmente desmadejado con la follada, pero volví a la realidad.
    
    Una luz halógena fue descubriendo a mis captores, frente a mí estaba Daniel, con la polla goteando por la mamada que le había dado y a su lado estaba Julio, sonriendo
    
    Volteé la cabeza para ver al tercer hombre y asustado contemplé que se trataba de otro profesor, Fernando de unos 40 años, 1,80 de altura, pelo moreno con canas, algo de barriga y vello en el pecho y piernas. Un tío en el que no me fijaría nunca a la hora de ligar. Pero lo que me mas me escandalizó es que ¡él era quien me había follado!
    
    Quedé atontado por la situación, no sabía como reaccionar. Desnudo, con las manos esposadas a la espalda, el cuerpo pegajoso y con el sabor del semen de Julio y Daniel en mi boca mientras mi culo goteaba el de Fernando.
    
    Esto no podía estar pasando. Estaba en manos de aquellos tíos que querían convertirme en su puto ¡dos profesores! ¿quién me iba a creer si los denunciaba?. Acabaría expulsado de la facultad. ¿Qué podía hacer?. Pero si aguantaba todo el curso como esclavo de Daniel aprobaría su asignatura.
    
    No, no podía prostituirme de aquella forma, no dejaría que me sometiese así.
    
    Julio y Fernando me tumbaron boca arriba. Me inmovilizaban sujetando mis piernas doblándolas sobre mi pecho y dejando mi culo ...