1. Laura y su Sobrino (2 de 2)


    Fecha: 04/05/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Jacqueline, Fuente: CuentoRelatos

    Pasaron dos o tres días de tranquilidad. Yo tenía terror de que alguien descubriera algo, pero mi sobrino, despreocupado, seguía con el juego. Me miraba en forma lasciva y se acariciaba el bulto cada vez que podía delante de mí. Él quería más y por supuesto que yo también, pero no encontraba la ocasión.
    
    La suerte estuvo entonces de nuestro lado. Con mi marido tenemos una pequeña casa en un pueblito junto al mar, a tres horas de viaje. Un vecino nos llamó por teléfono para avisarnos que había ocurrido una tormenta muy fuerte que había provocado algunos destrozos en la casa, que debíamos ir a arreglar ese asunto.
    
    Mi marido no podía ir por su trabajo, mi hija tampoco porque estaba preparando un examen. De manera que me ofrecí a viajar yo, y por supuesto Rodrigo también se entusiasmó con la idea. Salimos al otro día bien temprano a la mañana en mi automóvil. Yo conducía; llevaba un vestidito corto, de verano, con un escote profundo, y Rodrigo se había puesto un pantaloncito corto y una camiseta sin mangas de jugador de básquet.
    
    Dejamos atrás nuestra ciudad y apenas estuvimos en la carretera, Rodrigo me pidió que lo dejara conducir el automóvil. Estuve de acuerdo. Me detuve a un costado y sin salir del vehículo me pasé al asiento del acompañante, de manera que quedé sentada sobre mi sobrino. Mi trasero quedó pegado a su bulto. Nos miramos con complicidad, yo me moví con sensualidad para excitarlo un poco; luego él tomó mi lugar en el sitio del conductor.
    
    Rodrigo ...
    ... manejaba, pero no dejaba de echarle miradas a mis piernas. El vestido era corto, además se me había subido y por mi posición en el asiento se me veían un poco las bragas. "Quítatelas", me pidió él.
    
    Con un rápido movimiento me quité las bragas, giré un poco y me senté apoyada contra la puerta, de frente a mi sobrino. Separé mis piernas y con los dedos me abrí la concha como a él le gusta.
    
    -Oh tía, ese agujero que tienes... no sabes qué loco me vuelve...
    
    Volví a la posición original, mirando hacia el frente, estiré uno de mis brazos y empecé a acariciarle la verga. La otra mano la metí en mi vagina. Al rato estábamos tan calientes que me incliné sobre su entrepierna, le bajé el pantaloncito y empecé a mamársela.
    
    Mientras Rodrigo conducía por la carretera a toda velocidad, durante varios kilómetros, yo fui con su verga en la boca chupándosela. Me encantaba hacerlo, tenía una firmeza, un sabor, increíbles. Pasaron muchos otros automóviles, creo que algunos me vieron en esa posición. Cuando me di cuenta de que mi sobrino estaba por venirse me detuve, la expulsé tiernamente de mi boca y volví a sentarme.
    
    -Espera a que lleguemos -le dije.
    
    Por fin arribamos al pueblo y a nuestra casa de verano. Los destrozos no eran tan importantes como nos habían dicho, la reparación podía esperar. Frente a la puerta de la casa me temblaban las manos con las llaves hasta que finalmente pude abrir.
    
    Nada más entrar nos abrazamos como dos lianas y nos besamos. Rodrigo metió su lengua en ...
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