1. Experimentando algo nuevo con Mariana


    Fecha: 02/05/2019, Categorías: Anal Lesbianas Sexo con Maduras Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    ... caricias…Rompimos el beso y saqué mi mano de su entrepierna, conduciendo a Mariana al dormitorio. La empujé sobre la cama, donde quedó acostada boca arriba y me recosté sobre ella para seguir besándola, mientras mis manos seguían recorriendo cada centímetro de su cuerpo.Nos desnudamos y yo comencé a lamer sus pezones, que estaban bien erectos; mientras, mis dedos siguieron masturbándola, acariciando esa hermosa concha por un buen rato, con mi pulgar frotando su clítoris, mientras que con mis dedos penetraba esa vagina completamente mojada. El placer que le estaba dando a Mariana, parecía que la iba a matar, su cuerpo se retorcía y temblaba estremeciéndose cada vez más y más.En un momento sus gritos me dieron la impresión que estaba por acabar y decidí que quería que me acabara en mi cara; así que bajé entre sus muslos y hundí mi rostro entre sus dilatados labios vaginales.Comencé a penetrar su vagina con mi lengua, mientras mis dedos jugaban con su clítoris. Sentí su cuerpo convulsionar, gritó y acabó sobre mi boca.Mariana quedó agotadísima, respiraba y jadeaba profundamente, mientras sus ojos miraban el techo, su cuerpo estaba totalmente laxo…Le limpie con mi boca sus labios vaginales y después nos quedamos un rato abrazadas sobre la cama, besándonos y acariciándonos despacio.Le pregunté si practicaba sexo anal, y me dijo que nunca lo había probado. Entonces le ofrecí hacerle la cola pero no le gustó demasiado la idea.Insistí un poco hasta que cedió. Le pedí que se pusiera ...
    ... boca abajo, y me recosté sobre ella, mis pechos contra su espalda y mi cara sobre su culo. Le di un beso negro delicado para empezar, penetrándola con la punta de mi lengua; su ano era extremadamente estrecho: era verdad que nunca había probado sexo anal…Luego de un buen rato de dilatar su entrada anal con mi lengua, solo llegué a meterle dos dedos. Terminé dilatándola un poco más con unas bolas chinas, se las fui metiendo de a una, muy lentamente. Me dijo que le producía bastante dolor cada bola que le entraba, pero no quiso parar.Después de sacarle las cinco bolas de su canal rectal, le fui metiendo muy suavemente mi consolador de silicona favorito; uno color marrón bien grueso, hasta con las venas marcadas, que a mí siempre me dio la impresión de ser cogida por un negro enorme.Antes me lo comí entero y lo lubriqué muy bien con mi saliva, para después metérselo hasta el fondo de su ahora bastante dilatado culo.Mariana lloriqueaba, sollozando porque mi juguete le provocaba mucho dolor, aunque podía ver cómo se retorcía de placer al mismo tiempo.Se lo introduje hasta sentir que su cerrado esfínter cedía finalmente a mis embates. Luego comencé a meterlo y sacarlo, cada vez con más ritmo y cadencia, mientras Mariana se retorcía de placer. Empezó a gritar, sentía más dolor que placer, inconscientemente ella apretaba sus nalgas haciendo todavía más dolorosa la penetración; pero Mariana estaba decidida a soportarlo. Entonces me dijo que quería más; sin sacarle el consolador de su ...