1. Despedida para el trabajo


    Fecha: 25/04/2019, Categorías: Infidelidad Autor: caquijanom, Fuente: CuentoRelatos

    Mi nombres es Cristian y mi esposa se llama Adriana, tenemos 4 años de casados, tenemos 28 y 26 años respectiva mente. Nuestra vida de casados es muy buena en todos los aspectos, como el sexual, el amoroso, en lo comprensivo, etc. En fin una vida de matrimonio normal. Les voy a contar un día antes de ir al trabajo, me desperté como a las 7 y media de la mañana, me giro al lado de mi esposa, la beso en la mejilla dándole los buenos días y luego la cubro su cuerpo con el edredón. Me levanto hacia al baño, me desnudo en la pieza y me dirijo hacia al baño para darse una ducha antes de ir al trabajo.
    
    Apenas había abierto la ducha cuando sintió la mano de mi esposa en mi espalda Un escalofrío recorrió en mi espina dorsal y bajo la intensidad del agua de la regadera antes de darme la media vuelta para verla.
    
    -¿Pensabas irte sin que te de mi beso de la buena suerte? -me pregunta Adriana pasando sus manos por mi pecho. Ella estaba desnuda frente a mí.
    
    -Pensaba robarte uno ahorita –le dije yo.
    
    -Ha sí mi rey -me contesto ella deslizando su dedo más abajo- Anoche no pudimos hacer una previa como se debe hacer.
    
    Ella me dice mi rey y lo digo mi esclava cuanto estamos teniendo relaciones.
    
    Era verdad. Porque los últimos días mi esposa y yo tenemos trabajos de gran responsabilidad y por ende podemos darnos los lujos que queremos. Y había llegado con un montón de trabajo que terminar y no habían pasado de los besos fogosos en el desayuno y antes de dormir.
    
    -Todo es ...
    ... culpa de los pendientes trabajo -digo yo mirando el hermoso cuerpo de mi mujer.
    
    -mmm -tarareo Adriana agachándose sin apartar su mirada de sus ojos- Tal vez debería usar mi boca y así te relajas completamente. -De inmediato mi esposa cogió mi miembro que está parado y se lo metió a la boca y empezó a saborearlo como si fuera el mejor aperitivo del mundo. Desde abajo podía me podía ver como yo me sujetaba de la pared de baldosas mientras mi rostro era un poema lleno excitación.
    
    -Mierda amor -maldije sin ser capaz de abrir los ojos.
    
    Mi esposa aplico más succión e intento abarcar toda la longitud de mi miembro, apretó la garganta e hizo su mayor esfuerzo por darle placer. Por su parte yo disfrutaba de las caricias mi esposa como cada vez lo hacíamos y amanecían juntas. Cuando siento que ya va a venir y estallaría empujo la cabeza mi esposa, porque no deseaba acabar en su boca la levanto del suelo para estrellar su espalda contra las baldosas.
    
    -¿Te gusto cariño? -Me pregunto mi esposa orgullosa de ser capaz de darme tanto placer.
    
    -Más de lo que imaginas -por eso mismo respondí dejando besos esparcidos por sus pechos, mordiendo sus pezones, bajando poco a poco por su abdomen hasta llegar a su centro- me gustaría devolverte el favor.
    
    Antes de que ella se diera cuenta, yo levanto su pierna derecha y la pongo sobre mi hombro izquierdo mientras dejaba besos húmedos en la cara interna de sus muslos. Adriana soltó un jadeo ahogado mordiéndose los labios al sentir como mi ...
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