1. El culito de Florencia


    Fecha: 20/08/2017, Categorías: Incesto Autor: Fénix, Fuente: CuentoRelatos

    ... que rápidamente surgió mi erecto miembro, estaba a full. Se estaba riendo de una forma muy picara cuando la tomé entre mis brazos y empecé a besarla hasta acercarla contra el borde de la pileta en la zona baja. Le manoseaba las tetas con una mano y con la otra su culito.
    
    Me tienes loca hermanita, te quiero follar ahora, le decía mientras sobaba todo su cuerpo. Me tomó la pija con una mano y la empezó a pajear arriba y abajo, por dios qué sensación, me volvió loco y por eso la tomé del cuello y la bajé hasta quedar su cabeza frente a mi miembro. Abriendo su boca se la metió toda adentro, mamaba de maravilla, como una experta.
    
    La levanté de los brazos diciéndole que la quería follar, así que ya de pie la giré inclinándola sobre el borde de la pileta corriendo así su traje de baño hacia un costado y posicionando mi pija en su concha la penetré lentamente. Sus gemidos comenzaron a salir de su boca mientras mis embestidas aumentaban. Estaba por acabar pero no quería terminar ahí, sino en su culo. Ese había sido mi sueño durante tanto tiempo, dársela por atrás.
    
    Saqué mi pija de su interior y lo posicioné en la entrada de su ano, pero su reacción fue repentina empujándome hacia atrás. Me dijo que era un sucio degenerado, o algo así. Luego se marchó dentro de la casa. Durante todo el día no me habló.
    
    En la noche mientras estaba en la cama todavía repasaba las imágenes de la pileta y todavía quería cumplir mi sueño, dársela por atrás. En eso me fui hacia la cocina a ...
    ... tomar un poco de agua cuando escuché a alguien bajar las escaleras y para mi sorpresa era Florencia que venía hacia aquí. Al verme se asombró y puso cara de enojo. Luego me preguntó por qué había hecho eso en la pileta. Le dije que se me había ocurrido en ese momento. Además es lo que más me gusta de ti.
    
    Una risita salió de su boca y dándose la vuelta inclinándose sobre la mesa me dijo que qué esperaba para someterla. Por dios, la posición esa y sus palabras me dejaron fuera de sí. Le dije si estaba segura, respondiéndome que estuvo pensando en probarlo. Sin más ni menos la tomé de su trasero, le bajé su short de lycra, luego las bragas hasta las rodillas. Le dije que abriera sus nalgas con sus propias manos y así facilitar la sodomización. Posicioné mi aparato ya bien erecto en su culito. Con una mano le tapé la boca y de uno, dos, tres y hasta cuatro intentos perforé su lindo trasero. Gritos de puro dolor trataron de escapar de su boca, pero mi mano lo impedía. Sodomicé ese culito cuanto más pude penetrándolo salvajemente mientras mis huevos rebotaban en sus perfectas nalgas. Me sentía en la gloria, era lo máximo para mí, mi hermana ofreciéndome su culito para sodomizarlo en la cocina.
    
    Con mi mano libre tomé su cabello fuertemente jalándolo hacia atrás mientras ella sacaba mi otra mano de su boca gimiendo de placer. Sus gemidos eran leves ya que mis padres dormían. Me incliné totalmente en su espalda y así la penetración se hacía más placentera, y cuando la metía, ella ...