1. El Cazador - Parte 1


    Fecha: 21/06/2017, Categorías: Gays Autor: johna.2012, Fuente: SexoSinTabues

    ... hurgar con mi lengua entre sus nalgas, provocando espasmos en su cuerpo y gemidos fuertes que seguramente podían escucharse hasta fuera de la casa. Santi colocó entonces su mano sobre mi cabeza y me la hundió más entre sus nalgas, lo que yo aproveché muy bien para recorrer con mi lengua todo lo que pude. Aquel culo era un manjar. Tenía todo lo que me gustaba y aún más. Mi corazón palpitaba fuerte al imaginarme entrando dentro de él. Por largos diez minutos me dediqué a comerme aquel hermoso trasero, dejando a Santi casi sin voz por todos los gemidos que lanzaba. Una vez que sentí que estaba lo suficientemente húmedo me puse de pie y me acerqué hasta que mi pene duro y húmedo quedó pegado a las nalgas de Santi. Entonces su cuerpo se paralizó y sus jadeos cesaron. Su cuerpo se puso tenso, por lo que supe que algo no andaba bien. ―¿Qué sucede? No te preocupes, me pondré un condón ―le dije, buscando entre mis bolsillos el bendito condón. ―No, no es eso ―dijo y luego se volvió hacia mí, mirándome a los ojos. ―¿Pasa algo? ―Es que te mentí―dijo y un sinfín de cosas pasaron por mi mente, haciendo que me preocupara un poco. ― ¿En qué…? ―Nunca lo he hecho ―suspiró―. Nunca me la han metido. Mi cuerpo se estremeció al escuchar su confesión… ¿Un Virgen? ¿Un culo así y virgen? Mi emoción se incrementó y estuve a punto de perder el control por el éxtasis, pero luego las reglas aparecieron en mi mente, como un balde de agua fría, y me hicieron recuperar la cordura. ―No creo que sea buena ...
    ... idea hacerlo, entonces ―le dije y me separé medio metro de él. El rostro de Santi se descompuso. ―¿Porque? ¿Tiene algo de malo que sea virgen? ―No, claro que no. Es sólo que prefiero que tu primera vez la tengas con alguien a quien realmente quieras… Así tendrás un bonito recuerdo cada vez que te pongas a pensar en la primera vez que lo hiciste. Santi lucía confundido, al parecer no podía creer que lo estuviera rechazando por aquella razón, y no lo culpaba, ni yo mismo terminaba de convencerme. ―Pero yo quiero hacerlo ―dijo y mi corazón dio un brinco de emoción. ―¿Estás seguro? ¿No prefieres hacerlo con tu novio o alguien que realmente quieras? ―pregunté una vez más, tratando pobremente de convencerlo de no hacerlo, y de convencerme a mí mismo de que realmente intenté persuadirlo. Santi se acercó y se colgó de mi cuello, besándome suavemente los labios. ―Estoy seguro ―dijo, con firmeza en su voz ―. Quiero que me la metas tú. Sus palabras terminaron por convencerme y de inmediato lo envolví con mis brazos, besándolo apasionadamente para recuperar el ritmo que habíamos perdido. Un minuto después le volví a dar vuelta, dejando su hermoso culo nuevamente a mi merced. ―Despacio por favor ―dijo suplicante. ―No te preocupes, te dilataré bien primero ―contesté con una sonrisa. Lo más rápido que pude, saqué la botella de lubricante, la bolsa de pañuelos y el condón que llevaba en mi bolsillo y luego me puse a trabajar. Luego de embadurnar su ano con lubricante, empecé a jugar con un ...
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