1. Follas como nadie, chaval


    Fecha: 09/04/2019, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Nunca sospeché que mi pene fuese a tener tanto éxito entre las mujeres. La primera hembra que me follé tenía 25 años, 7 más que yo. Lo hicimos detrás de la puerta trasera de una discoteca de pueblo, en el suelo, en el campo. La había seducido a toda velocidad en la sala de baile, con dos copas de más, tocándole el culo y besándola en el cuello despacio, al ritmo de la música. Yo sabía que ella estaba muy cachonda; en cuanto le dije: "Vámonos", le faltó tiempo para responder que "sí".
    
    Yo tenía 18 años, mis brazos eran fuertes como los de un hombre, estaba muy bien musculado, ya medía más de 1´80, nunca había follado, pero yo sabía que mi polla era dura y muy resistente, y que no me iba a fallar. En cuanto salimos a la calle, ella me cogió de la mano y me llevó al descampado, en el que aún se oía la música y se veían los destellos del pub. Cuando llegamos al campo, yo la besé apasionadamente, por todo el cuerpo, por la cara, por el cuello, por las tetas..., las tenía preciosas, no había visto cosa igual. Sabían dulce, como toda su piel. Le di la vuelta, puse mi paquete en su trasero, y ella comenzó a moverse lentamente, intentando meterse mi sexo, aun con el pantalon, en su culo...Su cuerpo ardía casi más que el mío. Mi polla crecía rápidamente al notar la blandura y carnosidad de su trasero. Era maravillosa.
    
    Sin dudarlo, le quité el vestido con violencia, se quedó en bragas, no llevaba sujetador, tenía los pezones grandes, morados, muy duros..., estaba realmente ...
    ... excitada. Ella me quitó la camisa y se puso a chuparme el pecho. Con las manos, se agarraba a mi espalda, arañándola. Enseguida, le dije que se echara en el suelo. Había pinchos y hierbajos, pero ya no veíamos nada. Me quité los pantalones, y con una mano le arranqué las bragas. Puse mi mano en su sexo, y comprobé que estaba muy mojada. Me tumbé encima de ella, y la penetré de golpe, de una vez, metiéndola con fuerza hasta el fondo de su vagina. Me pareció sensacional ese calor húmedo, ese placer intenso..., me puse un poco nervioso, pero en cuanto empecé a apretar, me dí cuenta de que aquello iba a acabar muy bien...
    
    La metía y la sacaba con rapidez, con fuerza, apoyandome en el suelo con mis manos, que después acabarían ensangrentadas...Ella gritaba de placer, su cara parecía aún más hermosa con su expresión de gusto. Era realmente hermosa. Cada una de mis embestidas la ponía aún más cachonda. Se agarraba con fuerza a mi culo, a mi espalda, a mi cuello, y, entre jadeos, sólo podía escucharla decir "no te pares, cabrón, no te pares..." Yo estaba muy excitado, pero no quería que aquello se acabase, así es que seguí atizándole duro, metiendo y sacando con fuerza, durante mucho tiempo, no recuerdo cuánto, hasta que ella me dijo que no podía más...Entonces, nos corrimos los dos, y yo dejé mi pene dentro de su coño durante varios minutos. Fue realmente extraordinario.
    
    Yo me di cuenta de que mi primera experiencia había sido un éxito. Y sabía que tenía una cosa entre las piernas que ...
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