1. La primera experiencia de Ivi.


    Fecha: 09/04/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Little Sex Warr, Fuente: CuentoRelatos

    ... por alguna razón, eso no sucedió, y eso fue lo mejor para mí.
    
    Todo empezó, cuando yo cursaba la carrera de medicina y haciendo mi internado, un día llego mi tío, para consultarme sobre un dolor persistente que tenía en su ingle derecha. Ese día, solamente lo valore haciéndole un tacto en su ingle, para percibir que posiblemente tuviera una hernia. Pocos días después, lo lleve a consulta con el doctor jefe del área del hospital donde hacia mi internado y este confirmo una hernia inguinal que tenía que ser operada. Cuando mi tío se decidió, se internó y hubo que prepararlo para la cirugía. Pensando en su comodidad, yo me ofrecí para llevar a cabo el rasurado pre-operatorio. Así que me presente en su habitación con todos los implementos y le pedí se levantara su bata hasta el pecho y se retirara su ropa interior.
    
    Al saber que yo le iba a rasurar, al principio se sintió cohibido, mostrarse desnudo ante una sobrina, no era lo que él esperaba. Le ofrecí llamar a una enfermera, pero me comento que prefería que fuera yo y no una persona desconocida y de mala cara, la que llevara a cabo el procedimiento.
    
    Cuando retiro la bata y se deshizo de su ropa interior, lo que quedo a la vista fue impresionante, aunque ya había visto los genitales de otros hombres y nunca me habían sorprendido. La polla de mi tío, tendría unos 10 o 12 centímetros en estado semi-relajado y unos 3 centímetros de ancho. Sumamente nerviosa y sin dejar de admirar aquel aparato, empecé a cortar el exceso de ...
    ... vellos con las tijeras, tratando de mostrarme fría y profesional, el pulso me traicionaba y seguramente la voz también, procuraba hablar de otros temas, para que el no notara mi nerviosismo. También notaba su tensión, al ver que alguien le manipulaba su paquete.
    
    Pero cuando estaba rasurando sus testículos y forzada a agacharme y acercarme a él para evitar cortarlo, su miembro empezó a cobrar vida dentro de mi mano, poco a poco el tamaño, grosor y rigor de su pene cambio. Yo solamente observaba fijamente la transformación sin separar mi mano y teniendo mi cara a centímetros de su pene. Por primera vez, veía una polla de ese tamaño y erecta, casi doblo su tamaño, apuntando fijamente al techo y con las venas inflamas por la cantidad de sangre que se acumulaba en ellas. Fascinada, tarde en reaccionar unos segundos para tomar una toalla totalmente mojada y empezar a echarle agua para que aquello regresara a su tamaño normal. Después de unos minutos y luego de regresar todo a la normalidad, termine de rasurarlo, entre risas y comentarios nerviosos de ambos, para luego retirarme apresuradamente.
    
    Aquella fue mi primera aproximación con mi sexualidad, desde ese día, el solo verlo, me hacía recordar aquel instrumento que llevaba bajo sus pantalones y no puedo negar que en varias ocasiones fue causa de mis sueños más húmedos y de mis primeros juegos con mi zona erógena. Tenerlo cerca, me provocaba una deliciosa calentura y deseos de auto complacerme.
    
    Ingenua e inocentemente, en ...
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