1. La primera despedida


    Fecha: 20/08/2017, Categorías: No Consentido Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    ... Tono”, repliqué.
    
    —”Ahí está; me han dicho si te molestará que ellos se quedaran un rato allá solos para hablar de sus cosas”, dijo Fernando.
    
    —”¿De sus cosas?, ¿qué cosas?”, pregunté.
    
    —”Bueno, verás, tú tienes parte de culpa...”
    
    —”¿Yo?, ¿qué he hecho de mal ahora?”, interrumpí.
    
    —”Si me dejas, te explico. ¿Dispuesto?, ¿dispuesto a escuchar de un tirón?”, insistió Fernando.
    
    —”Vale; me callo y habla...”
    
    Fernando tragó saliva y comenzó:
    
    —”Tú has conseguido que Tono y Néstor se fijen el uno en el otro...; parece ser que se están enamorando...; quieren hablar de esto y contártelo después...; pero piensan que te va a sentar mal y me han dicho que te prepare; yo quisiera que cuando vengan les escuches y les digas lo que quieras, si te parece bien o mal o lo que quieras, pero ellos han de hablarlo; no sé si me has entendido...”, se explicó Fernando.
    
    Me puse a pensar, si digo que eso es lo que yo quería, seguro que van a pensar que todo estaba preparado; si les digo que no, puede ser el inicio de una ruptura de ellos conmigo y de ellos entre sí. Si no les contesto y me muestro indiferente es probable que les siente mal y aparezca como un hipócrita. Pensé detenidamente estas razones y mil más que se me ocurrieron. Y reaccioné:
    
    —”¿Estarías dispuesto a nadar hasta allí y decirles que no venga aquí ninguno de los dos hasta que hayan concluido su conversación con un buen polvo? Que no sean animales, que se follen a gusto, pero que vengan luego...”.
    
    Estaba ...
    ... yo diciendo estas cosas y ya Fernando se había metido al agua y nadaba en línea recta rapidísimo. Le vi salir del agua sin arquear el cuerpo, como si no se hubiera fatigado; se metió entre los árboles y tardó en aparecer algo más de media hora, incluso me dormí a la sombra del árbol. De pronto me despierta Fernando y estaban los cuatro delante de mi, viendo lo bien que dormía. Me levanté, me fui al agua como si estuviera enfadado, me bañé y salí. Entonces dije:
    
    —”Ya estoy despierto; escucho”, sonreí.
    
    —”Cuéntale, Tono”, dijo Fernando.
    
    —”Mejor que le cuente Néstor que lo entiende mejor...”, desvió Tono.
    
    —”Vale; sentaos todos”, dijo Néstor.
    
    Se sentaron todos en un círculo junto a mí y escuchamos atentamente a Néstor. Yo solo asentía con la cabeza y en silencio a cada frase que decía:
    
    —”Jess, cuando te conocí, me caíste muy bien. Llegué a pensar que nos podíamos enamorar. Pasé buenos ratos contigo. Hemos tenido incluso algunos polvos. Me insinué hacia ti y pensé con esperanza que me responderías. Luego conocí a Tono. Me pareció que no me dabas otra respuesta que ponerme a Tono por delante. Pensé que si sería una cosa preparada ya y tenía cierta repugnancia. Conversando con Tono, resulta que a él le pasaba otro tanto que a mí. Tu insistencia en que Tono viniera a estar aquí contigo hasta mañana lunes me desorientó, porque pensé que te inclinabas por Tono. Luego los dos nos hemos dado cuenta que somos los tres amigos, como lo somos los seis que aquí estamos, y que ...