1. La Soledad de los LLanos (Capitulo 13)


    Fecha: 12/03/2019, Categorías: Grandes Relatos, Autor: Carlos Nagasaki, Fuente: CuentoRelatos

    CAPITULO XIII
    
    EL BROCHE DE ORO
    
    La reunión estaba concertada exactamente a las 3:00 de la tarde. El empresario veracruzano estaba impaciente ante la visita de su rival. Se aseguró que todo estuviera bajo control. Contrató a 10 hombres para resguardar su casa mientras su madre y hermana ignoraban por completo la situación. La ansiedad por terminar aquella rencilla hizo sudar las manos del jarocho. Meditó la posibilidad que su rival no apareciera. Pero instantes después reconocería que estaba equivocado.
    
    Transcurrieron 20 minutos desde el último vistazo al reloj. El empresario abandonó el jardín y prefirió ingresar a su hogar.<<si llega a venir mis hombres me avisaran. Tal vez debí haberlo matado cuando pude>> Cerró la puerta de su estudio y tomó un vaso. Lo llenó de whiskey y bebió con tranquilidad. Después del trago suspiró. Descansaba del estrés causado por la probable visita. Sin embargo, cuando parecía que todo marchaba en calma su oído escuchó el martilleo de un gatillo. Una voz aguda lo sorprendió enormemente.
    
    -¿Querías verme?... ¡aquí estoy!-
    
    El hombre que esperaba estaba a su espalda. Un frío intenso recorrió su espina dorsal y la sangre bajó hasta sus pies. Se giró lentamente con las manos en alto según las indicaciones del enemigo.
    
    -¿cómo entraste?- cuestionó nervioso Esteban.
    
    -digamos que tu servidumbre no es muy fiel- expresó Luis.
    
    <<¡maldita india tacuata¡>> maldijo mentalmente.
    
    -no te ves tan macho ahora que estamos solos… ¿traes ...
    ... pistola?- cuestionó el muchacho.
    
    -no- respondió el veracruzano.
    
    -¿no guardas ninguna?- insistió el fronterizo.
    
    -aquí en el cajón- expresó Esteban mientras consideraba la opción de tomar el arma y dispararle.
    
    El rival se aproximó lentamente al escritorio. Le pidió a Esteban que se alejara unos metros y después verificó los cajones. Constató que en realidad si existía el arma y entonces realizó un movimiento totalmente inesperado. El muchacho arrojó la pistola sobre el escritorio. Instantes después se alejó sin darle la espalda a su rival.
    
    -te voy a dar la oportunidad para que te defiendas, no como lo hiciste con mi padre-
    
    -¡yo no le disparé a tu padre!- exclamó García.
    
    La furia del joven se reflejaba en su rostro. No obstante, se mostró confundido ante la negación de su rival. Nunca le había sucedido tal cosa. Todos sus anteriores enemigos -a excepción deAdolfo Villarrealquien no tuvo la oportunidad de hablar- habían aceptado su participación en la muerte de Juan de la Garza. Esteban era algo nuevo para Luis.
    
    -¿Qué estás diciendo?- cuestionó extrañado el vaquero.
    
    -que yo no le dispare-reafirmó Esteban.
    
    Las dudas inundaron la mente del joven. Agitó fuertemente su cabeza y decidió comenzar de nuevo.
    
    -¿sabes quién es Juan de la Garza?-
    
    -¡un hijo de puta!-respondió férreamente el jarocho.
    
    -cuida lo que hablas o aquí te mueres… ¿A qué te refieres con que no le disparaste? -amenazó el norteño.
    
    -yo no soy un asesino, pero tengo que confesar que si ...
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