1. Sigue mi historia del campo


    Fecha: 12/03/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: chabelita, Fuente: CuentoRelatos

    Aquel temporal de lluvia fue maravilloso. Pasaron casi quince días hasta que mejoraron los caminos y pude regresar al pueblo. Había tenido dos fiestas agotadoras con los cinco hombres de la cuadrilla. Evidentemente les había gustado porque me mandaban varios mensajes al día pidiéndome que vuelva pronto a visitarlos ya que en cuanto mejoren los caminos seguirían viaje hacia otro campo. Eran mensajes llenos de cochinadas, cosa que me encantaba, además me contaban que los cinco se pajeaban viendo las fotos y pensando en mí, la verdad que me sentía reputa y eso me calentaba, pero ya había sido suficiente con esas dos fiestas agotadoras, el cuerpo por el momento no me daba para mas. Tenía su numero así que tal vez mas adelante buscaría la forma de encontrarlos. Además quería coger con mis chicos. La tarde que regresé al campo nos juntamos los cuatro y arreglé con ellos que en estos días serian mis novios una noche cada uno, me causaba gracia al decírselo, pero en verdad así los sentía, eran mis machos, pero también mis novios, además iba a estar muchos días hasta que mejoren los caminos y pudiera regresar al pueblo Era una reina, tenia mi propio harem de machos jóvenes, por los cuales no solo sentía un inmenso cariño, sino que también me satisfacían plenamente en la cama. Ellos ya tenían claro, que cuando cogíamos yo era una puta y un pedazo de carne para su placer y el mío, por supuesto.
    
    Los encuentros eran distintos con cada uno, a Ricardo le gustaba ponerme en cuatro y ...
    ... cogerme por el culo prendido de mis tetas, siempre me decía que coger una hembra tan puta y con semejantes tetas era el sueño de cualquier macho. Como el arreglo incluía que se quedaran a dormir siempre los despertaba chupándosela y haciéndome la nena les decía que sus pijas y su leche eran mi ¨deliciosa mema de la mañana¨. El melli Juan se había desinhibido totalmente, ya no era yo la que tenia que darle las indicaciones, el me daba ordenes y me cogía a su antojo, cosa que me encantaba, porque me despertaba mucho mas el morbo, la primer noche que le tocó quedarse conmigo, llevo unas cintas de tela, después de cenar me dio una camiseta suya, me pidió que fuera al dormitorio, me la ponga y quede vestida solo con eso, cuando regrese al comedor, sin decir palabra me cargo sobre un hombro como una bolsa de papas, me llevo al cuarto me arrojo sobre el colchón y con las cintas que llevaba me ató muñecas y tobillos a las cuatro puntas de la cama y me arranco en mil pedazos la camiseta que me había hecho vestir. Mi desconcierto duró unos segundos, pero luego sentí una terrible calentura por esa especie de violación. Se desnudo lentamente sin sacarme la vista de encima, yo veía su cuerpo joven y atlético y esa pija parada, yo estaba casi por desmayarme de la calentura y le gritaba que por favor venga a cogerme, me retorcía y tiraba tratando de desprenderme de las ataduras pero no podía, creo que pasaron unos minutos entre mi suplica y su goce, hasta que se arrimo, se sentó a mi lado en la ...
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