1. Mi tía me sedujo II


    Fecha: 08/03/2019, Categorías: Fetichismo Autor: Cold_P, Fuente: CuentoRelatos

    ... nos quedamos dormidos.
    
    Y así fue mi primera vez con mi tía. Al día siguiente nos aventamos un mañanero breve, pero delicioso, pues ella tenía que irse a trabajar.
    
    Descubrí que me había mentido con respecto a las llaves de su casa, pues al salir del edificio, se había cambiado y bañado. Menuda zorra, jejeje. Yo decidí no ir a la facultad y tomarme un día para asimilar todos los eventos sucedidos.
    
    En primer lugar había tenido sexo con mi tía. ¡Mi tía! Y no sólo sexo. Había sido una cogida de fabula. Descubrir que mi tía era una zorra pervertida me hacía pensar tantas cosas. En segundo lugar, le estaba poniendo los cuernos a su marido conmigo, su sobrino. Eso era tremendamente morboso. Sexo filial y además infidelidad. De sólo pensarlo se me paraba nuevamente. En tercer lugar, teníamos una semana para dar rienda suelta a nuestros deseos, pero... ¿qué pasaría después? Sin duda alguna, tendría sexo siempre que quisiera con ella; sin embargo, ¿y si la familia se enteraba? ¿Qué pasaría si mi primo o mi tío nos descubrían? ¿Qué pensaría la familia?
    
    Mil y un preguntas rondaban por mi mente mientras desayunaba y miraba las caricaturas infantiles de la televisión matutina. Distraído, adelanté algunos de mis deberes escolares y ordené un poco el departamento.
    
    En la limpieza se me fue el tiempo y dieron las 3 de la tarde, hora en la que llegaba mi tía. Estaba ansioso y caliente. Me quedé en bóxer y una playera mientras esperaba a mi tía comiendo sobras de lo que mi madre ...
    ... había dejado en el refrigerador. A los pocos minutos escuché el coche de mi tía entrar al estacionamiento e irremediablemente me puse nervioso. Escuché sus pasos, pero entró a su departamento.
    
    Curioso, me asomé por la ventana, pero no la vi. Estaba ya en su casa. Y esperé. Esperé y mucho tiempo. No me despegué de la ventana durante una hora y ella ni siquiera se asomó. A pesar de que habíamos cogido la noche anterior y en la mañana, quería sexo. Estaba cansado, pero la idea de volver a sentir ese culo sobre mis manos, era más fuerte. Así que, con la premisa en mi mente de que debíamos aprovechar la semana, bajé a su departamento.
    
    Toqué el timbre ansioso y aguardé. “¿Quién?” escuché decir a mi tía. Respondí con la voz más gruesa que pude hacer con mi nombre. “¡Mario!” escuché su voz ansiosa y pasos apresurados para abrir la puerta. Y ahí estaba ella, con un pantalón de vestir, saco y blusa. Maquillada ligeramente y feliz. Crucé con cautela el umbral de la puerta y al escuchar como cerraba la puerta no me contuve más y perforé su boca con mi lengua mientras la tocaba por todas partes.
    
    Ella correspondió gustosa y se dejó hacer. “Ay Mario, que energía. Me encanta cuando un hombre está ansioso y tan “cariñoso” dijo entrecortadamente mientras la iba desnudando. No tardé mucho en tenerla en ropa interior y ella ya me tenía desnudo y con la verga a punto de explotar. Se hincó y comenzó a mamar como desesperada. ¡Qué delicia! Era toda una maestra.
    
    Estábamos en eso cuando ...
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