1. Fui iniciado por mi tío Eliseo (final)


    Fecha: 06/03/2019, Categorías: Masturbación Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    Tío Eli es un hombre generoso y eso lo descubrí hoy, cuando vino a verme (y a cogerme) en una de sus visitas semanales.
    
    Había terminado de darme verga, primero por la boca y después por el culo, cuando tendido de espaldas en el sofacama conmigo de rodillas en el piso, me dijo: -Vos sos mío, ¿cierto, Jorgito?
    
    -Claro, tío Eli…
    
    -Sos un chico de mi propiedad…
    
    -Sí, tío… -confirmé sin entender qué prehemdía él…
    
    -Bueno, tenés que saber que soy un hombre generoso y me gusta compartir lo que tengo…
    
    -¿Qué querés decir, tío Eli?... –le pregunté algo inquieto y expectante a la vez.
    
    -Hay un amigo que quiere conocerte, Jorgito… -me explicó. –Le conté de vos, le dije lo lindo que sos… lo putito que sos…
    
    -¡Ay, tío! - -exclamé mientras una mezcla de temor, recelo y ansiedad me estremecía de pies a cabeza.
    
    -Vestite, Jorgito; vestite que vamos a ir a ver a Manuel.
    
    -Ay, tío Eli, no sé…
    
    -Vamos, nene, obedecé. –insistió tío Eli endureciendo el tono como para dejar en claro quién mandaba, mientras abandonaba el sofacama para ir hasta la silla donde estaba su ropa.
    
    Poco después subíamos a un taxi en la esquina de casa. Tío Eli le indicó al chofer el destino del viaje y después hizo un llamado desde su celular:
    
    -Vamos para allá con el chico, Manuel… -le escuché decir y después de una pausa rió entre dientes y agregó: -Tenemos dos horas, así que preparate… -y volvió a reír.
    
    Entonces empecé a excitarme y a moverme inquieto en el asiento. Iba a comerme dos ...
    ... vergas y eso era más prometedor de lo que hasta ese momento hubiera podido esperar.
    
    Tío Eli me acariciaba los muslos y eso aumentaba mi calentura. Sentía arder mis mejillas y un intenso deseo de llegar por fin a destino mientras la ansiedad me consumía y después de un tiempo que sentí interminable estuvimos, por fin, ante el señor Manuel.
    
    Vivía en una casa con jardín al frente, detrás de una pared baja con una reja. La puerta de entrada se alzaba en medio de dos ventanas. Tío Eli oprimió el timbre y su amigo salió enseguida a recibirnos. Su aspecto me excitó rápidamente. Parecía ser de la misma edad que el tío, año más o año menos. Era alto y delgado, calvo y de rostro anguloso adornado por bigotes y barba candado de un gris brillante.
    
    Saludó con voz grave y en cuanto traspusimos la puerta de calle tío Eli y él se saludaron con un apretón de manos mientras yo procuraba dominar el temblor que me agitaba y el señor Manuel me envolvía en una mirada caliente.
    
    -Así que éste es tu sobrino Jorgito…
    
    -El mismo, Manuel… -confirmó mi tío y el señor Manuel me pellizcó la mejilla izquierda mientras decía: -Mmmmhhh, te quedaste corto, Eliseo… Es más lindo de lo que me dijiste… -me elogió y yo sentí que me ruborizaba.
    
    -Gra… gracias, señor… -pude murmurar después de tragar saliva.
    
    -Bueno, pasen, pasen… -invitó el dueño de casa y cuando nos adelantamos hacia la puerta de entrada –yo detrás de tío Eli- apoyo una mano en mi culo y curvó los dedos para apretar mi carne ...
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