1. Trabajos sexuales capítulo 1


    Fecha: 16/08/2017, Categorías: Lesbianas Autor: Crystal69, Fuente: SexoSinTabues

    ... hacia mí. —Cómeme el coño, por favor, Ashley. Apagué la regadera. Darcy subió su pierna por encima de mi espalda mientras yo me agachaba y tomaba sus pequeños labios y hundía mi cara en su hermosa vagina, que ya estaba muy bien lubricada no sólo por el agua, sino por sus propios jugos que me abrieron el apetito. Su clítoris diminuto estaba escondido en su capuchón. Lo busqué y le di de mordiscos mientras la penetraba con mis dos de mis dedos. —¡Ay! ¡Ay! ¡Sí! ¡Ayayay! Ella era de gemir mucho. Se excitaba tanto y con facilidad cuando estaba teniendo sexo por su voluntad y no por trabajo. —Me gusta… sigue, sigue. —Gime, perrita —le espeté, hundiendo mi lengua y haciéndole presión con mi rostro. Ella se convulsionó. Vi que se tocaba las tetas y se pellizcaba los pezones hasta dejarlos bien duritos y paraditos. Seguí comiéndole el coño, bebiendo de sus jugos ricos que manaban como una fuente. —Vaya, se divierten mucho ¿verdad? —preguntó Alejandra, mirándonos desde la otra ducha. Yo no me detuve. No cuando Darcy iba a llegar al orgasmo. Ella tampoco hizo ademán de pararme y cuando al fin sentí cómo se convulsionaba de gusto y se reía, disfruté de su corrida en mi boca. Aunque no se comparaba con una deliciosa descarga de semen, las chicas también tenían mucho que dar. —Listo… eso te hará sentir mejor. —Ay… gracias —dijo. Fue cuando se dio cuenta de que estaba frente a Alejandra, que la pequeña se sonrojó y se fue a tapar con una toalla —. Te veré afuera. —Sí, en seguida voy. Salió ...
    ... a toda prisa. Alejandra no la perdió hasta que se fue. —Creo que le gustas a esa niña. —No digas tonterías —espeté, lavándome el culito —. Ella sólo se siente sola. Ya tiene bastante contigo y tus burlas. —No me burlo. Sólo digo que hay que tener un buen par de pechos para sobresalir en este negocio. —Ella no quiere sobresalir. Sólo es una etapa de su vida. Además… ella te gana. Es casi una niña todavía. Recién acaba de cumplir 18 años. Es una pena que éste sea su primer trabajo, pero es la preferida de los hombres por sus rasgos. Tú ya estás cerca de los 33 años. —¿Y tú? —Tengo 25 años, y cuido de una hermanita de la edad de Darcy. Yo entiendo a las jovencitas y sé cuánto se esfuerzan. —Ajá. Bueno, no vuelvas a mencionar mi edad, o créeme que te vas a arrepentir. Después de su evidente amenaza, se dio media vuelta y empezó a ducharse. Yo terminé con lo mío y me fui a vestir. Cuando fui al estacionamiento, Darcy estaba platicando animadamente con Brandon, el guardia de seguridad que se encargaba de que todas las chicas llegaran a salvo a sus coches o taxis. Era un mastodonte de casi dos metros de alto, de raza negra y muy guapo. —Gracias. Brandon —le dije tomando de la mano a Darcy. —Nos vemos chicas. Descansen. Vayan con cuidado. Desde aquí las veo. La inocente y buena niña de Darcy le dejó un besito en la mejilla al hombre como despedida. Ya una vez seguras en mi coche, la llevé a su casa porque ella tenía que descansar y necesitaba entrar a clases a las ocho de la mañana. ...