1. En una cueva


    Fecha: 05/03/2019, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Fui con un compañero de trabajo a conocer una cueva cerca de la ciudad. El es un obrero negro alto, delgado, pero fibroso. En una cascada se metió detrás del agua y con su mano me llamó al ir me tomó por la cintura y me dijo que viera lo hermoso que se veía la luz de nuestras linternas. Sentí su bulto en mis nalgas y como no escuchaba me pegó a el hablandome fuerte al oído. Noté que su sexo se erectaba y me sentí turbado. Unos segundos después salimos de allí. En el camino dentro de la cueva se me asentó varias veces y noté su deseo, así que le dije que por favor no lo hiciera más. Me pidió escusas y me dijo: Te deseo sexualmente hace mucho, no puedo dejar de mirar tus lindas nalgas desde que te conocí. Entonces me pidió que cerrara mis ojos y no me resistiera solo por un minuto. Estaba excitado con su confesión y accedí. Entonces me besó en la boca con deseo, traté de soltarme, pero estaba atrapado en sus brazos. Decidí esperar el minuto, que se hizo muy largo y pronto respondía a su beso con deseo. No se cuanto tiempo nos besamos, pero al separse de mi estaba muy caliente.
    
    Tomó mi mano y me pidió continuar. Iba aturdido y excitado, aquel beso había sido el más delicioso de mi vida. llegamos a una segunda cascada y allí volvió a besarme. Al ver que empezaba a desnudarme no me opuse. Quedamos desnudos y me guió a la pequeña cascada. Allí me giró y pegó su sexo erecto en mi trasero sin dejar de besarme, pronto sus manos recorrían mi cuerpo y descubrí que aquello era ...
    ... delicioso. Me asentó contra una roca y beso mi espalda lentamente. Gemí de deseo y placer, entonces sentí que separaba mis nalgas y besaba mi ano. Fue una sensación intensa, deliciosa. Su lengua empezó a trabajarme dandome un gran placer. Deslizó uno de sus dedos, luego un segundo, y finalmente un tercero, entonces colocó su glande en mi ano y lo empujó suavemente. Al ver que me dolía retrocedía y me pedía que me resistiera y aflojara, cada vez que hacía aquello notaba que su sexo entraba más profundo. De pronto sentí un dolor agudo y dí un grito de dolor y placer, y el comenzó a bombear. El movimiento de su pene, el sentirme completamente lleno, y la excitación que sentía, me llevaron a un orgasmo tan intenso que perdí la cabeza y gemí, grité jadeé, y mi cuerpo se volvió loco moviendose lujuriosamente. Yo no controlaba este movimiento. El me apretó por la cintura diciendome: Así mi amor, así, entregate a tu hombre, destruye para siempre tu virilidad. Empezó a moverse lujuriosamente y me dijo: Me gustaría preñarte. Si, si, contesté preñame, preñame y un nuevo orgasmo explotó en mi cuerpo, pero esta vez él también se vino y quedamos jadeando lujuriosamente. Estaba muy mareado e insensible, y mi amante me dijo: Mi amor, te amo, quiero que seas mi mujer. Entonces conteste: y yo quiero que seas mi hombre.
    
    Esa fue mi primera experiencia homosexual, luego de esto lo satisfice oralmente, y me abandoné a él otras 5 veces.
    
    Ese día mi vida cambió radicalmente. Ahora soy su hembra cada ...
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