1. El padre del alumno


    Fecha: 01/03/2019, Categorías: Gays Autor: Pidroso, Fuente: SexoSinTabues

    Era Lunes y en la habitación de Alberto se escuchaba perfectamente la tromba de agua que estaba cayendo en la calle. Que pereza tener que levantarse ya para ir a dar clase pensó, pero acto seguido se incorporó de golpe para que no le venciesen las ganas de quedarse amuermado cinco minutos más. Además, hoy tocaba afeitarse. Había pasado todo el fin de semana del sofá a la cama y de la cama al sofá. Pero gracias a ello había acabado de ver una serie que lo tenía enganchado y se sentía feliz por ello. Doce capítulos cada día pero ya había saciado su interés en saber como era el final; afortunadamente no le había defraudado. Tras afeitarse entró en la ducha no sin antes mirarse desnudo en el espejo del baño. Para sus treinta años no estaba nada mal. Bien proporcionado, un metro setenta y seis de altura y setenta y cinco kilos de peso. No practicaba ningún deporte, pero tampoco tenía el cuerpo fofo. Caminaba una media de doce kilómetros al día, ya que su trabajo estaba a unos seis de su domicilio y siempre iba y volvía a pié, hiciese sol o diluviase como ocurría ese Lunes. Tenía bastante pelo en el pecho, el vientre, los brazos y las piernas, pero se había hecho la depilación laser en el de la espalda. Le había dolido mucho pero valió la pena, tener pelo en la espalda era algo que odiaba desde que era joven. Su cabello era moreno y de momento no había aparecido ningún signo de la alopecia hereditaria que perseguía a los varones de su familia. Lo tenía bastante corto y lo ...
    ... protegía a base de champús y vitaminas capilares de la farmacia. Solía afeitarse dos días a la semana, los Lunes y los Jueves porque además de gustarse más sin barba no le desagradaba nada su aspecto con barba de tres días. De polla no se quejaba, ni grande ni pequeña, ni ancha ni estrecha. Unos quince centímetros que siempre habían cumplido bien, tanto con sus ex novios como con los rolletes ocasionales que solía tener cuando no tenía pareja. Era versátil aunque tenía que ponerlo muy cachondo un tío para dejarse penetrar. Venía siendo lo que se llama versátil más activo, menos con su último ex, Carlos, con el que fue versátil pero bastante más pasivo. En Carlos fue en lo primero que pensó al abrir el paraguas y salir a la calle. Habían roto hacía poco más de un año y se había quedado tocado, más que con cualquier otra ruptura anterior. Carlos le gustaba de verdad, se había enamorado de él más de lo que él mismo admitía publicamente. Se dio cuenta en el mismo instante en que Carlos serio le había dicho que tenían que hablar. Le habían ofrecido un contrato en una petroquímica estadounidense con base en Alaska y lo había aceptado. Fue un mazazo, pero tuvo que admitir que el tiempo y la distancia acabarían deteriorando su relación y era mejor abordarlo como adultos. Lloraron ambos e hicieron el amor después de tomar la decisión. Los quince días antes de que se fuese para Alaska fueron maravillosos y aunque se alegró de haber tenido el temple necesario para acompañarlo al aeropuerto, ...
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