Yo 27 y Martinsito, el nene que cuidaba mi hermana. - Relatos Eróticos

Yo 27 y Martinsito, el nene que cuidaba mi hermana.

Hola, esta no es una continuación exactamente , si no, otro día que estuve con Martín después de un tiempito más de haber empezado a hacer cosas. Cómo ya dije anteriormente, es real si vos querés que lo sea. Martinsito tiene 5 y yo 27. Bueno, después de ese día que cogí por primera vez con Martinsito, me sentí un poco raro porque era un nene chiquito y porque pensé que la relación entre yo y él iba a cambiar. Yo tenía una relación muy buena con él fuera de toda mala intensión, y era la primera vez que sentía tal cariño por un nenito porque ,como ya dije, no me caían para nada bien los pequeños . Pero al final terminé por darme cuenta que nada cambió y que a ambos nos divertía también todo lo que pasaba. Ahora sí, vamos a los bifes jaja. Una tarde llega la mamá de Martinsito con él para dejarlo, mi hermana lo recibió y todo pero mi hermana lo recibió porque yo me iba a quedar con él, ella se tenía que ir a un trabajo que la habían llamado. Me dijo que le hiciera la pata y que lo cuidara yo, yo no tenía ningún problema, es más, iba a ser la primera vez que nos quedaramos solos. Se hicieron las 2:30 de la tarde y mi hermana se fue y empezó la DIVERSIÓN. Fui corriendo y lo levanté a Martinsito con un abrazo y le dije: “Estamos sooolos, vamos a jugar todo el día!!” y él contento se reía decía siii. “Pero primero vamos a dormir la siesta que entrené a la mañana y estoy cansado” Me dijo bueno, lo agarré, lo llevé, le saqué toda la ropita, le dí un besito en la boca y nos acostamos a ...

... dormir desnudos. O le puse una mano en la colita y con el otro brazo lo ponía para que apoyase la cabeza. Dormimos un rato, nos levantamos y así en bolas andábamos por la casa tranquilos, el toooda la tarde con el pitito paradito. Tomamos el té y jugamos a la atrapadita en bolas. Entonces a mi ya se me empezó a parar… “Veni Martinsito, tocá” y le puse la mano encima de mi pija y me miraba como medio picarón “Querés que juguemos pero un poco diferente?” Sí me dijo él, entonces ahí en la cocina no más agarré un repasador violeta y le tapé los ojos. Él se reía y a mi ya me había puesto a mil verlo al pendejito así. Fui rápido al patio y traje una soga media corta y le até las manitos. Él no tenía problema. “Ahora te voy a hacer lo que yo quiera, sabes?” y me dice “Ajamm” Primero le empecé a hacer cosquillitas y se moría de risa, luego las cosquillas empezaron a bajar hasta que llegue a su culito. Era tan hermoso, se lo empecé a morder suave y luego le metí un chupadón de orto, después lo di vuelta y le agarraba y se las apretaba un poquito fuerte y se quejaba pero a mi me encantaba hacerle eso, le pegaba un poquito fuerte también en el pitito y le dolía un toque pero yo estaba a mil. Me paré y le digo “Abrí la boca” la abre y le metí la pija de una, pegó una arcada pero lo siguió chupando. Ya le puse las manos en la nuca y se la empujaba toda, pegaba una arcadas el pendejo que pensaba que en cualquier momento me vomitaba por toda la saliva que le salía y me goteaba de las bolas ...