1. Con una regia...


    Fecha: 17/02/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Los nombres reales fueron cambiados por discreción Esto sucedió hace un par de años en Mazatlán, Sinaloa, en un viaje corporativo, me presentaré como Enrique, 43 años, trabajo para una empresa nacional mexicana, con presencia en muchos estados de México, cada año se hace un evento tipo carnaval, en el que acuden los mejores elementos de dicha empresa, afortunadamente fui seleccionado para realizar el viaje todo pagado, el último día de evento realizan un concurso de baile coreográfico, ahí fue donde vi por primera vez a Griselda (nombre ficticio, como recordarán) una linda regiomontana, 1. 65cm de estatura, tez blanca con algunos lunares y pecas muy coquetos, cabello castaño y rizado, de cuerpo muy apetecible, brassiere talla 34-B y unas nalgas, que si bien no eran envidiables, si llamaban la atención y nadie les diría que no. Griselda participo en uno de los bailes coreográficos, con un atuendo más que sexy, tacones plata, medias color piel semitransparentes, minifalda y top de tirantes azul turquesa, acompañado de un antifaz muy seductor, al terminar su participación y estando ella con algunas amigas decidí acercarme y felicitarla por el acto, ella agradeció amablemente y comenzamos una charla de lo más entretenida, me conto que era madre y felizmente casada, 27 años de edad, para ser madre y a su edad su cuerpo estaba en su punto. Después de charlar toda la tarde y ya acercándose la media noche, llegaba el momento de irnos, fuimos a buscar a su compañera de habitación, ...
    ... la cual se encontraba con un chico, y ella decidió quedarse más tiempo, me ofrecí a llevar a Griselda a su habitación, ya que todos nos hospedábamos en el mismo hotel, al llegar y despedirnos pensé que mi oportunidad de tener algo más se desvanecía, en ese momento solo pedí verla nuevamente con su antifaz puesto, comentándole que se me hace muy coqueto, ella se lo puso de nuevo y en ese momento tomo la iniciativa de invitarme a su habitación a pasar, acepte sin objeción, lo primero que hizo fue quitarse los tacos argumentando que le mataban, me ofrecí a darle un masaje en sus pies, lo cual acepto de inmediato, se sentó en una de las camas, comencé con el masaje y ella se notaba le gustaba, al paso de unos minutos se recostó estirando los brazos, lo cual hizo que su atuendo se subiera un poco permitiéndome apreciar sus bien formadas piernas, comencé a subir por sus tobillos, pantorrillas, y a ella parecía agradarle, en ese momento se levantó argumentando que tenía que ir al baño, al paso de unos minutos regresó Griselda ya sin las medias que llevaba, permitiéndome ver como sus piernas eran de un tono muy blanco que me gustó, me comento que si aún quería seguir con el masaje, lo cual afirme, en esta ocasión se sentó sobre un sillón que estaba en la habitación, prácticamente se dejó caer sobre él, no teniendo ningún cuidado en cómo se acomodaba, y al llevar aun la minifalda, está prácticamente le cubría lo esencial. Seguí masajeando sus pies, y nuevamente comencé a subir por los ...
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